¿Cómo nace la historia de “Los 4 de Córdoba”?
Allá por el año 69’ nosotros integrábamos un grupo que se llama “Los de Córdoba”, nos separamos tres de nosotros- Héctor Pacheco, Angelito Bustamante y yo- y formamos “Los 4 de Córdoba” junto a Américo Albornoz. Grabamos el primer disco un 7 de abril en la Columbia Récords.
A partir de ahí fueron interminables giras por todo el mundo, llevando el folclore argentino por todos lados (Estados Unidos, Europa, toda Latinoamérica). Seguimos en esta historia tres de los fundadores (Américo Albornoz, Héctor Pacheco y quien te habla) porque uno de nuestros compañeros falleció hace unos cuatro años “Lalo” Márquez y ahora integra el grupo Leonel Pacheco, que es hijo de Héctor Pacheco.
¿Qué recuerdos tienen del primer disco?
Siempre tenemos ese recuerdo porque los cuatro grabar en CBC Columbia era tocar el cielo con las manos, en ese lugar grababa Sandro, Los Cinco Latinos, Chango Nieto, María Elena y el director artístico era Hernán Figueroa Reyes (un groso del canto popular). Así fue llegamos a Columbia y lo más lindo es que ahí conocimos a Sandro, a amigos como Chango Nieto, Rimoldi Fraga y Hernán mismo siempre estaba cerca nuestro.
El recuerdo es que no nos pusieron ningún reparo para grabar lo que nosotros queríamos y llevábamos, que eran canciones del Chango Rodríguez. Así que todo eso fue maravilloso y recordamos con mucho cariño ese primer disco que hicimos para la CBC Columbia.
Su primer disco no tuvo mucha repercusión en el país, aunque en Bolivia sí : ¿Este suceso los marcó en sus inicios?
Ese disco que hicimos para la CBC se editó en muchos países porque en ese tiempo se editaban en Chile, Bolivia, Uruguay, Venezuela, y toda Latinoamérica. Ese disco llegó a Bolivia y nosotros no sabíamos porque habíamos ido de gira, pero cuando llegamos a Bolivia nos dimos cuenta de que el disco bramaba, es decir, todas las casas de disco, en las discotecas, estaba de moda porque era un disco que tenía unos ritmos hasta te diría medio bailables. Fue así que nos encontramos con esa sorpresa y a partir de ahí nació un romance que todavía vive entre Bolivia y “Los 4 de Córdoba”. Tenemos discos de oro, muchas menciones especiales del Congreso de Bolivia, así que tenemos un recuerdo permanente por ese país.
¿Qué tuvo de particular este disco para que suene más en Bolivia que en Argentina?
Lo distinto de ese disco es que tenía los ritmos casi bailables, un ritmo marea se llamaba, entonces en Bolivia pegó muy fuerte ese ritmo porque ellos tienen un ritmo muy parecido como el taquirari. Así que entró de una manera que aquí en la Argentina no entro de la misma forma que entro en Bolivia. Hemos realizado giras hasta dos veces por año por todo Bolivia. Imagínate que eso fue lo que nos llevó a que nosotros tuviéramos un cariño muy especial, pero, además, grabamos en Bolivia dos discos de música boliviana, a raíz del éxito del disco este y nos fue muy bien también.
Su primer éxito en el país el tema musical “Para que no me olvides” de autores chilenos.
Resulta que uno cuando graba entra a buscar la canción y siempre nos decía Hernán: “uno se consagra artista cuando vos metes un éxito” porque vos podes grabar muchos discos, pero si no tenes un éxito es como que falta algo. “Para que no me olvides” fue el primer éxito que nosotros metimos al poco tiempo de haber grabado en CBC. Perteneció al segundo disco que se grabó en MICROFON, era un sello nacional donde grababa Aldo Monges, Los del Suquía, Torre Vila, muchachada de aquel tiempo. Esa canción no solamente nos dio la posibilidad de meter un tema en la Argentina como éxito, sino que también hizo que llegáramos a Chile, Uruguay, Bolivia. Así que fue reafirmar lo que habíamos vivido en Bolivia, y a partir de ahí vinieron algunos éxitos más.
En el 73’ nosotros ganamos el Festival de la Canción en Cosquín con el tema “Cuando Nombro el Amor”. Ganamos el Festival de la Música en Punta Arenas de Chile con un tema “Cuando América Sepa”. A partir de ahí vinieron una serie de éxitos que culminamos en el 77’ con la grabación de la canción “Canto al Inmigrante”, es un homenaje a nuestros abuelos inmigrantes. Se abrieron las puertas a raíz de una canción y cuando vos abriste la puerta con una canción después es mucho más fácil todo.
Incluso su música llegó a Turkmenistán.
Fue la empresa petrolera “Bridas” que nos contrató a nosotros y a María Creuza para ir a cantar a Turkmenistán. Nosotros en ese tiempo habíamos estado con Tinelli, que nos habían hecho una cámara oculta y pensábamos de que está posibilidad era otra cámara oculta que nos estaban haciendo porque cantar a Turkmenistán era arriba de Afganistán y es un país que se convirtió en república porque pertenecía a la Unión Soviética. Es un país que sigue siendo comunista, tiene la particularidad de que ahí están los turkmenos que usan turbantes y los rusos porque ocurre una simbiosis ahí de cosas, por ejemplo, tienen costumbres distintas y viven en el mismo país. La mujer turkmena usa una especie de turbante, se tapa la cara y vos no la podes mirar a los ojos, cosa que con los rusos tenes otro trato. Ha sido una experiencia increíble.
¿Cuál fue el momento que fue un punto de inflexión para el conjunto?
Fue a raíz del Canto al Inmigrante que nosotros tomamos ya contacto con la gente a través de una obra integral que llegaba mucho más allá que una simple canción, tenía que ver con la cultura de un país como el nuestro, que tenemos una gran cantidad de inmigrantes que vinieron después de la Primera Guerra Mundial y del 45’, es decir, la inmigración europea llegó mucho aquí, ya había llegado en la época de 1853/4 cuando Verón Castellanos fue a buscar gente para poder poblar a la Argentina, en esa inmigración vinieron muchos árabes, judíos. Por eso la obra tiene realmente un carácter mucho más importante que una simple canción. Es una obra dedicada a nuestros abuelos inmigrantes. ¿Quién no tiene un abuelo o bisabuelo que nació en otro país? Ahí está la historia, pasa a ser muy importante el trabajo porque está dedicado a la cultura nuestra. Todos tenemos que ver con un italiano, judío, árabe, alemán, es decir, el país está formado con esa colonia, con los galeses en el sur, con los italianos que fueron para el lado de Mendoza, con los vascos franceses que habitaron Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, con los alemanes del Volga que están por Chaco, con los polacos en Misiones.
¿Qué rol cumplen cada uno de “Los 4 de Córdoba”?
Los cuatro tenemos un sonido distinto. Yo hago primera voz y eso no se cambia para que el conjunto siga a nivel sonido, la tercera voz alta se llama Héctor Pacheco, la segunda voz, que hacía “Lalo” Márquez, es de Leonel Pacheco y la tercera voz baja o cuarta voz Américo Albornoz. ¿Cuál es la particularidad? Armónicamente vos escuchas a “Los 4 de Córdoba” con la primera voz que yo hago y el sonido es clásico, pero, además, cada uno hace de solista y tiene su particularidad porque cada uno tiene un “color distinto”. Esto es lo que nos ha identificado y gracias a Dios hemos podido formar un grupo que se identifica apenas que escuchas la primera guitarra y los primeros tonos.
Tuvieron el privilegio de visitar al Papa Francisco, que además le compusieron una canción.
La canción se llama “Vale la pena vivir la Vida”, que la compuse yo con mi amigo Miguel Martínez, con el cual tenemos muchas canciones. Como dice Enrique Iglesias fue una “experiencia religiosa” porque realmente estar ahí con el Santo Padre fue maravilloso, pero a él le gusta que le digan Padre Jorge, que increíble y para nosotros es imborrable la presencia de él. Nosotros ya habíamos conocido aquí en la Argentina cuando era arzobispo de Buenos Aires, ya que nosotros habíamos hecho una obra con varios artistas cantándole a todas las Vírgenes de Latinoamérica y el prólogo lo escribió él. Así que también le llevamos ese libro más el disco que hicimos y le regalamos un poncho igual al que usamos nosotros con una inscripción que decía borrada “Gracias Papa Francisco”, que después nos enteramos que a él le encanta que le digan “Padre Jorge” y le dijimos Padre Jorge mientras que él se reía. Él tuvo mucho tiempo en Córdoba, tiene un conocimiento de lo que es Córdoba. Fue una experiencia para nosotros inolvidable.
Breve reflexión por los 52 años de “Los 4 de Córdoba”.
Nosotros hemos esta vida cantando. Le agradecemos a Dios y a la Virgen que nos hayan mantenido juntos, si bien “Lalito” Márquez partió ante de tiempo. Nosotros le agradecemos mucho. Somos muy creyentes, por lo tanto, lo que hemos vivido, lo hemos vivido con muy intensamente, con esta maravilla que es haber conocido el mundo simplemente con tres guitarras, un bombo, y a veces nos acompaña el bajo con Claudio Jurado, Nicolás Mansilla en la percusión, Richard Caballero en el acordeón. En fin, la maravilla que uno ha vivido, no sé si mucha gente pueda vivirla, recorrer el mundo cantando, y, además que te paguen para hacerlo, y no todos tienen ese privilegio. Así que si hay algo que tenemos que decir es que hemos sido felices con todo este tiempo que hemos vivido, también llega un momento que uno tiene que dejar y decir “bueno hasta aquí llegamos” y si es hasta siempre será con mucha dignidad, honra, orgullo de lo que hemos hecho.