Por Magdalena Sierra- Diputada Nacional y Directora del Observatorio Social de Políticas Públicas de Avellaneda-. Confianza, compromiso y amor son las palabras que resumen el
vínculo que venimos construyendo hace más de 10 años entre el Municipio de
Avellaneda y lxs vecinxs de Azul. Los 15 días de aislamiento del barrio,
producto del brote de Coronavirus, no fueron la excepción. Estos valores se
potenciaron y nos permitieron atravesar la situación codo a codo, solidarixs,
juntxs.
Decidimos el aislamiento sanitario del barrio convencidxs de
que era la mejor medida para controlar el foco de contagios. Pero sabiendo
también que sólo sería posible llevarlo adelante a través de una fuerte
presencia y acompañamiento del Estado en todos sus niveles: nacional,
provincial y municipal; y, sin dudas, mediante la confianza y responsabilidad
de la comunidad de Azul. Y así lo hicimos, como siempre al lado de lxs vecinxs.
Transitando la emergencia sanitaria unidxs y poniendo todos los recursos y dispositivos
a disposición del barrio.
La estrategia principal fue trabajar articuladamente entre
las áreas de Salud, Seguridad y Desarrollo Social de ambos Municipios (Quilmes
y Avellaneda) y de la Provincia de Buenos Aires, para abordar de forma integral
la situación. En este sentido, creo que es fundamental destacar el trabajo de
cada una de estas áreas, que estuvieron presentes las 24hs, y cuya acción fue
clave y esencial para lograr y sostener el confinamiento.
Azul es un barrio muy diverso, con distintas realidades y complejidades. Un sector pertenece al Municipio de Quilmes, el otro a Avellaneda. Sin embargo, no hay ningún límite concreto que marque esta división. Parecería ser que la única frontera estaría marcada por la profunda desigualdad. Conviven dos mundos: uno que da cuenta de un estado local presente a través de la puesta en marcha de políticas públicas inclusivas, y condiciones dignas de vida; otro donde las familias viven en construcciones precarias, hacinadas, reflejando la (in) acción de un estado ausente.
En Avellaneda, 400 viviendas sociales, el Jardín Maternal
Municipal N° 16, el Centro de Cuidado Familiar y Comunitario, el Polideportivo
Municipal “Proyecto Nacional” equipado con dos piletas climatizadas, un
cuadrilátero de box, canchas de vóley, básquet, fútbol y un microcine;
luminarias, la cobertura en un 100% de cloacas y red de agua potable, son el
resultado de 10 años de trabajo de la gestión municipal en el barrio. Este
nivel de urbanización permitió que lxs vecinxs pudieran llevar adelante el
aislamiento en sus casas, bajo condiciones dignas de hábitat. A su vez,
colaboró a detener el ritmo de contagios.
Hoy, cuando el barrio está en boca de todxs, y empieza a ser
nombrado y visitado por extrañxs, queda en evidencia cuánto ignoran
determinados sectores. El uso del lenguaje, por ejemplo, en el caso del
periodismo que habla de “territorio”, de “gente” da cuenta del grado de
desconocimiento con el que informan. Para nosotrxs Azul es mucho más que un
“territorio” habitado por “gente”. Es el barrio al que llegamos hace 10 años,
con todo por hacer, y donde gracias a la confianza y esfuerzo de sus familias y
la decisión política del Intendente Jorge Ferraresi, lo levantamos.
Estuvimos (y seguimos) presentes a través de diversas políticas públicas, no sólo con la obra pública, sino en materia de educación, salud, niñez, géneros, deportes. Siempre apuntando a la inclusión e igualdad de oportunidades. Y siempre con un pie en el barrio. Por eso, conocemos a lxs vecinxs. Sabemos de sus problemáticas, historias y experiencias. El grado de cotidianeidad y el vínculo de afecto que fuimos construyendo, fueron clave para planificar la asistencia considerando las particularidades de cada una de las 402 familias, y lograr el cumplimiento de la medida por parte de lxs vecinxs, quienes no dudaron nunca de nuestro compromiso.
Trabajamos día a día escuchando y atendiendo las diversas
realidades. Distribuimos alimentos respetando dietas y necesidades
alimentarias, carne, pollo, alimentos secos y frescos; entregamos artículos
sanitizantes, de limpieza e higiene íntima; garrafas, pañales y medicaciones
específicas a quienes lo necesitaron. Brindamos contención emocional y
psicológica, abordamos y acompañamos a familias con personas embarazadas o con
alguna discapacidad. Dispusimos unidades de traslado para quienes debían salir
por motivos de fuerza mayor a realizar estudios y/o tratamientos médicos. Nos
ocupamos de gestionar con el Ministerio de Trabajo bonaerense la emisión de
certificados para quienes tienen empleo en blanco, brindándoles la tranquilidad
de poder quedarse en su casa justificando la excepción. Y garantizamos el
abastecimiento de los comercios de proximidad.
Quiero hacer una especial mención para la Secretaría de Salud del Municipio, desde donde trabajaron activamente en la búsqueda puerta a puerta de pacientes asintomáticos y realizando testeos a quienes presentaban síntomas, además de realizar un fuerte operativo preventivo, informando a la población sobre medidas a tomar para evitar contagios. También resaltar el rol del equipo del Observatorio Social de Políticas Públicas, quienes no sólo distribuyeron alimentos y mercadería, sino que brindaron atención y contención a través de cada una de sus subsecretarías: Desarrollo Social; Mujeres, Géneros y Diversidad; Niñez, Adolescencia y Familia. Trabajando constantemente desde la solidaridad y la empatía con la situación que atravesaba cada familia.
Quiero destacar también la función de las fuerzas de
seguridad que actuaron con responsabilidad y conciencia, cuidando a las
familias desde la proximidad. Desde la secretaría de Seguridad del Municipio se
abordó el aislamiento a través de una mirada ampliada sobre la seguridad,
convencidxs de que vivir seguros es tener garantizadas las condiciones básicas
de vida, la salud, el empleo, y ese fue el espíritu con el que trabajamos en
Azul, hoy y siempre.
Recibimos, además, donaciones de distintas instituciones,
fundaciones, y privados con quienes estamos enormemente agradecidxs: Fantasía
Avícola LC, Adrián Faija; Club Social y Deportivo Defensores de Belgrano de
Villa Domínico; Iván Marcone, La Garganta Poderosa; Fundación "La razón de
vivir". Todxs ellxs han colaborado, desinteresadamente, con alimentos,
insumos, entregas de viandas.
Entre otras tantas acciones destinadas a brindar soluciones
y herramientas a lxs vecinxs, contamos con el aporte del Banco de la Provincia
de Buenos Aires que instaló un cajero móvil en el acceso a Azul; la
participación de la ANSES que realizó operativos especiales para quienes debían
recibir algún cobro; y la contribución del Ente Nacional de Comunicaciones
(ENACOM) que entregó tarjetas de telefonía móvil para fortalecer la
conectividad del barrio.
Lejos de poner un cerco policial y generar un “ghetto de
pobres”, como escuchamos en las últimas semanas, estuvimos presentes quince
días con todas nuestras herramientas, equipos de trabajo y con, lo que no es
menor, nuestro profundo amor al barrio, compartiendo el aislamiento con lxs
vecinxs.
La experiencia atravesada en Azul debe ser un ejemplo, en
todos sus sentidos:
"Azul nos enseña sobre solidaridad y trabajo en equipo. Da muestra de un país enormemente injusto y desigual. Es testigo de que no da lo mismo tener un Estado presente, sostenido en el tiempo, a no tenerlo. Nos advierte sobre la necesidad de convertir la urbanización de barrios de emergencia en una política de Estado. Nos convoca a entender la importancia de la política como herramienta de transformación y cuánto mejor nos va como sociedad cuando la política representa al vecinx, y el vecinx confía en ella. Pero sobre todas las cosas, nos enseña que nadie se salva solo, que entre todxs es mejor"