A SUBIRSE A LAS TABLAS conversó en exclusiva con el vocalista y líder de “Los Sultanes”, Jorge Kazmer:
¿Cómo nace la canción “Amigos de Fierro”?
Con Cucho y Gustavito nos conocemos desde el primer día de nuestras carreras, ya que cuando tocábamos en el ambiente under, hacíamos de teloneros uno del otro. Luego, nos tocó hacer discos de oro, nos cruzábamos en escenarios más grandes, primero en el circuito under y después en lugares buenísimos, como por ejemplos en los recitales. Cuando toca “Los Sultanes”, Cucho viene siempre a cantar “Agente Agente” y Gustavito “El Tucanazo” y cuando tocan “Los Auténticos Decadentes”, van Gustavito de “Los Tulipanes” y Jorgito de “Los Sultanes” siempre a cantar “Vení Raquel”. Esto es de toda la vida y todavía lo conservamos, como así también la amistad.
¿Cómo fue el proceso de grabación de “Amigos de Fierro”?
Muy duro porque con la pandemia no nos podíamos ver, entonces, todos los instrumentos y el seleccionado mundial de los mejores “Sultanes”, “Tulipanes” y “Decadentes” grabaron cada uno en sus casas- la trompeta en su casa, el trombón en su casa, las trompetas en sus casas-, mientras que los cantantes fuimos los únicos que pudimos cantar en estudio, ya que en nuestros hogares no hay equipos suficientes para hacer una grabación profesional.
¿Se imaginaron grabar la canción en estas circunstancias?
La teníamos guardada y decíamos el famoso dicho “cuando todo esto pase”, pero no pasa más, entonces dijimos “loco vamos a grabarla ya porque si no esto no pasa más y no se termina más”, así que decidimos grabarla ahora para lo que se suponía que era una primavera y un verano, que siempre se sacan canciones lindas y divertidas para la temporada primavera-verano. Contra todos los pronósticos y sin esperar a que pase ya la largamos ahora, y el día que pase todo largaremos otra más linda y divertida.
¿Cuál fue la aceptación del público para con la canción?
La están tomando muy bien porque está teniendo mucha aceptación en redes, a todos los que le llegan la comparten, ya que uno con la pandemia se pone melancólico, se sinceraron los valores, la gente empezó a mirar un poquito más hacía la familia, los amigos y no estamos dando cuenta que hoy estamos, pero mañana no estamos. Es un buen momento para pensar en lo familiar, en todo lo que tenemos y en una de las cosas más valiosas que nos Dios, que son los amigos- son los que nos acompañan a transitar la vida-. Es un tema muy fuerte, tiene una letra muy profunda, hace como un balance de lo que es la amistad, de lo qué fue la amistad toda la vida-fuimos creciendo-, de qué cuando uno está mal o se pelea con la novia solamente un amigo lo sabe y no lo saben ni la madre ni la familia, las mejores diversiones se comparten con el amigo, los fracasos. Los amigos son los hermanos que uno elige, que nos ayudan a transitar la vida y todo eso en el estribillo se festeja esta amistad. Es como un tema de cancha, como un tema de pogo, que se vuelve súper alegre.
¿Qué recuerdos tienes sobre las primeras presentaciones de “Los Sultanes”?
Fue una carrera larguísima. Este año cumplimos 28 años; de los cuales seis años fueron durísimos, pero hermosos de tocar en el circuito pup, de vender entradas a los amigos, de hombrear todo el día los bafles en una camioneta, de colgar las luces, de manguear equipos, de pedir instrumentos prestados, de pegar afiches haciéndonos piecitos en las estaciones de trenes con engrudo o plásticola, o sea fueron los primeros seis años muy sacrificados hasta que la gente nos conoció, aunque no fueron malos pese al sacrificio porque esos seis años estaban llenos de sueños, sueños de tocar para mucha gente, sueños de ganar un disco de oro, sueño de tocar en un teatro, sueños de ir a tocar a algún lado. Así que podríamos dividir en dos partes: los primeros seis años tocando antes de que la gente nos conociera, en el circuito under/pup, eran gratuitos y nunca se ganaba un centavo, pero se hacía con mucha alegría porque estaba lleno de sueños, y a partir del 98’, que sacamos la canción del chavón, ahí ya fueron veintidós años de profesional, que solamente nos dedicamos a actuar. La verdad cada día que pasa no lo podemos creer porque jamás pensamos que iba a ser tanto éxito; como por ejemplo lograr el triple platino en aquel verano; y después de haberse disparado la canción para tantos países que tuvimos la suerte de recorrer- recorrimos toda Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá, España (estuvimos ocho meses de gira), Italia, Suecia, Finlandia, Dinamarca, todos a esos lugares fuimos a cantar en estos veintidós años de trayectoria-.
¿Se podría que la canción “Decile que lo quiero” marco un antes y un después para la banda?
Así es. Hay otros temas muy lindos que respaldaron nuestro show, no sea un grupo de un solo tema o grupo del verano, pero sin dudas que esa es la canción que la gente conoce del grupo y que nos pasó de ser un grupo que tocar en los pup/under a ser un grupo que puede tocar en bastantes otros lugares; como discotecas, fiestas privadas, cumpleaños, casamientos, y hasta en grandes festivales y recitales del país.
“Decile que lo Quiero, “Agente Agente”, “Dale Maraca”, son algunas de las canciones de la banda que pasaron a formar parte del cancionero popular bailable del país: ¿Se imaginaron que las canciones de ustedes se iban a convertir en hits?
La verdad que no. Todo lo hicimos con mucho cariño y con muchos sueños, pero nunca pensamos que íbamos a hacer un tema que iba a durar veintidós años, que lo iban a pasar en cada cumpleaños, en cada programa de televisión, para usarlo en bromas. Nunca pensábamos en eso, para nada, a lo sumo pensábamos que iba a sonar un poquito en el verano con la mejor de las suertes, pero no que iba a quedar en el bloque de pachangas, de las fiestas con otros grandes conjuntos que nosotros nos encantan.
¿Cómo nace el nombre “Los Sultanes”?
Por dos cosas: primero y principal porque cuando éramos chicos, queríamos tener muchas mujeres, como los sultanes turcos que tienen sus mujeres cada uno, entonces Dios nos castigó y ahora nos dio como doce hombres para cada uno; y segundo porque nos gustaba mucho la canción “Los Sultanes del Swing” de Dire Straits, que cada vez que la escuchamos en la radio decimos “ohhh otros sultanes”.
Breve reflexión sobre estos 28 años de trayectoria.
Fue lo mejor que nos pasó en la vida. Fue ser reconocido, ya que, para los chicos, que luchaban tanto por sus canciones, que andaban con la guitarra y la batería al hombro, fue como que se hizo justicia de haberla pegado. También es una nuestra profesión, es nuestra vida, y lo más lindo de todo el reconocimiento y el cariño de la gente, ya que cuando uno va a un lugar y a uno le piden una foto o vamos a un aeropuerto y nos piden para sacarnos una foto, ya sea acá o afuera, eso también nos traen alegría porque es un cariño enorme de la gente que eso sí no tiene precio.
¿Qué sensaciones tienen cuando están arriba del escenario y que la gente canté de memoria sus canciones?
Cuando estamos en el escenario, es como mágico porque cada uno tiene sus problemas, pero cuando estamos arriba de un escenario no se siente nada, no se siente dolor. Es una bendición de que la gente haya que querido que estemos ahí divirtiéndolos; ya que no todo a el mundo les toca, somos conscientes y lo disfrutamos cada segundo, de hecho, nos llamamos todos los días y siempre terminamos con la frase “cuando volveremos estar sobre el escenario para hacer todas esas aventuras que hacíamos, esas complicidades”, así que es lo más lindo que pudo pasar en la vida.
Y, que la gente conozca las canciones es una bendición. Decís “como esa cancioncita, que nosotros inventamos en un garaje así en forma de broma, la sabe y la canta”. No lo podés creer, que terminas diciendo “¿esto me pasó a mí?”, y es algo maravilloso.
¿Qué es lo que más extrañan de los escenarios?
Lo que extrañamos muchísimo es lo que hacemos en las otras veintitrés horas del día, que es compartir con nuestros compañeros. Nosotros pasamos veinticuatro horas juntos, ya sea viajando, durmiendo, almorzando, cenando, tomando mates en la combi o el micro, y de esas veinticuatro horas, solamente tocamos una hora- eso es profesional y hermoso-, pero las otras veintitrés las extrañamos bastante. Cuando subimos al micro con los bolsos, empiezan las mateadas, vamos cantando canciones de folclore todos juntos al grito pelado en la combi o el camión, eso se extraña un montón. El grupo humano es lo mejor de “Los Sultanes”.