Por Agustín Ochoa. El unipersonal “Muchacho de Luna", protagonizado por el actor argentino Paulo Brunetti, se reestrenó el domingo 9 de febrero en el Portón de Sánchez.
“Muchacho de Luna” es una evocación del mundo lorquiano, a través de una selección de textos de su obra dramática, sus cartas y su música. Un recorrido emocional que profundiza tanto en sus logros artísticos como en sus frustraciones personales.
A horas del reestrenó, A SUBIRSE A LAS TABLAS dialogó en exclusiva con el protagonista principal de la historia, Paulo Brunetti:
¿Qué sensaciones tenes con esta nueva presentación de “Muchacho de Luna”?
Yo estoy muy contento porque la ocho funciones, que hicimos en noviembre, logramos darnos cuenta de que el público argentino no pierde esa pasión que tenemos por Lorca. Este espectáculo que armó Óscar Barney Finn donde uno está solito con su alma transitando todo esto personajes, su vida, sus cartas, sus poesías; la verdad para mí es un privilegio. Yo lo he dicho en otras notas de todas las obras que he hecho, que son casi treinta, nunca he tenido tanto placer de prepararme durante el día para hacer función de este espectáculo. Hace tiempo era una materia pendiente con Federico (García Lorca), y la verdad cuando Barney me presentó todo este trabajo que hizo, fue maravillosa, es como el sueño del pibe. Así que bien, contento, mucha gente me ha escrito, gente que la vio, gente la va a volver a ver, gente que no la vio y que tenían ganas de verla, así que van a tener la posibilidad de hacerlo. Feliz. Va a hacer algo muy raro porque de lunes a viernes voy a estar grabando una novela en Chile, sábados a la mañana me tomó un vuelo para poder tener función tranquilo el domingo, y eso va a ser así durante tres meses. Así que feliz.
¿Cómo fue la aceptación del público para con la obra?
He tenido el privilegio de que mucha gente se quedará a saludar, y el común denominador fue el gracias por reencontrarse con Federico (García Lorca) porque este espectáculo lo que tienen de particular es que uno conoce un poco más a Federico ya que transitamos toda su vida, yo de alguna manera interpretó a Federico, pasó por todas sus pasiones, soledades, encuentros y desencuentros, entonces quizás es algo que el público no tenía claro sobre Federico y lo conocen un poco más. Después transitar personajes de sus obras, y eso lo agradecen mucho, el cariño que te devuelven, sobre todo en el aplauso, es maravilloso. Ahora tenemos las redes sociales, y uno está todo el tiempo comunicado y eso también te lo demuestran en los comentarios cuando pongo alguna foto, el afiche o alguna nota, entonces estoy muy contento de esa devolución del público.
¿Qué implica para tu carrera interpretar a Federico García Lorca?
Yo lo veo como una escalera hacía arriba. Trató de que obra tras obra sea hacía arriba. De alguna manera lo hemos estado logrando, digo hemos porque he hecho tres espectáculos con Óscar (Barney Finn), entonces nos conocemos mucho. Poder no sólo acá sino también haberlo hecho en Chile, en las regiones de Chile, estar invitados a New York, teniendo conversaciones con España, entonces de alguna manera mostrar este espectáculo, y como te decía antes sólo en el escenario, si bien hay una presencia femenina que es la luna y la muerte; hay como una sensación de un unipersonal también. Entonces esa responsabilidad de alguna manera es como un crecimiento muy grande para mí en lo artístico, entonces muy feliz de poder hacerlo.
¿Cómo surge la posibilidad de llevar al teatro la vida y obra de Federico García Lorca?
Fue muy loco porque hace tiempo tenía ganas de hacer un Lorca, que se lo venía diciendo a Barney; y la idea de hacer en el 2019 era un unipersonal de otro autor- Santiago Losa-, y el cuerpo era como que me pedía Lorca, tenía el libro en la mesita de luz, siempre iba a los textos de Lorca y le dije a Óscar ‘por favor hagamos Lorca, que se me está pasando el tiempo como para Leonardo, y esos personajes que tiene Federico. Óscar empezó a hacer este tipo de investigación, de sacar textos, y yo pensé que me iba a venir con “Bodas de Sangre”, pero apareció con esta maravillosa obra que él armó. Entonces de alguna manera era una necesidad mía interna y también de Óscar. Aparte hay algo muy interesante en 1986 Óscar hizo un programa en televisión- canal 7- que se llama “Muchacho de Luna”, pero lo hizo con treinta actores, entre ellos estaban Víctor Laplace, Graciela Dufau, Hilda Ledesma, Jorge Mayor, Elena Tasisto, Jorge Marrale, era un elenco maravilloso para todos estos textos. De alguna manera de ahí saco un poco la idea, se quería meter un poco más en lo personal de Federico porque aparte estamos hablando de un programa del 86’, y del 86’ hasta ahora aparecieron muchas cosas más de Federico, que estaban como guardadas muy celosamente por sus hermanas, entonces de alguna manera surgió ahí de una necesidad también de Óscar de reafirmar y de hacer crecer un poco ese espectáculo que había escrito, y de alguna manera en lo mío internamente ya que mi cuerpo me pedía Lorca.
¿Qué fue lo que más te cautivo sobre la vida de Federico García Lorca?
Cuando yo decidí ser actor entré al conservatorio nacional, y Federico pasó a ser como un autor de cabecera donde de alguna manera mis sentimientos al leer sus obras o poemas provocaban algo en mí que otros autores no lo provocaban. Federico, sin dudas, para mí y para muchos es el mejor autor del siglo XX de habla hispana, poder interpretarlo es fantástico. Ahora yo tengo la posibilidad con este espectáculo de meterme en los personajes femeninos- Rosita, Bernarda-; de alguna manera son sentimientos que tenemos muy como en paralelo con Federico. Yo estoy convencido de que esos personajes femeninos son Federico, y de alguna manera también nosotros como actores los tenemos un poco oculto dentro de nosotros y poder escarbar eso femeninos que tenemos y sacarlos es un privilegio.
¿Y lo que más disfrutas de hacer este unipersonal?
Todo porque en el aire, en el teatro hay una energía muy linda, no se mueve una mosca como decimos nosotros, entonces uno nota que el público está muy concentrado en lo que está viendo, en lo que está pasando. Yo siempre digo que el espectáculo no lo hace uno solo, el público también lo hace. Hay una energía que va y viene. Eso se nota, y se agradece ese respeto por lo que está viendo, está escuchando. Hay un momento que me encanta muchísimo que es cuando me siento y empiezo el monólogo de Doña Rosita, es algo que me provoca una emoción muy grande poder decir esas palabras. De alguna manera todo, la hora y cinco que dura el espectáculo es realmente una maravilla esa sensación que tengo. Soy muy feliz de hacer este espectáculo.