Desde noviembre de 2000 se conmemora el 2 de abril como el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, para honrar a los soldados muertos en esa guerra, conocer los hechos históricos relacionados con Malvinas e informarse sobre la situación actual de los reclamos argentinos por la soberanía. Fue un 2 de abril de 1982 cuando la dictadura cívico-militar inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, usurpadas por Inglaterra desde 1833.
“Hay que trabajar desde el museo para reconstruir un pasado y pensarnos y debatirnos en el presente; para estimular y motivar el amor que uno siente por Malvinas a las generaciones venideras y explicar los por qué la causa Malvinas. También conocer su flora, su fauna, su vegetación, sus recursos naturales, su posición estratégica y geográfica, la historia de la ocupación británica y los procesos diplomáticos y políticos del colonialismo, que es parte de una visión que narra y transita toda la historia de la Argentina", señaló el director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Edgardo Esteban.
Teniendo en cuenta la actualidad que tienen el tema Malvinas, vinculado tanto al conflicto bélico como los reclamos históricos por la soberanía, para usted: ¿Cuál es el rol social que debe ocupar un museo de estas características?
Malvinas es un lugar de nuestro pasado pero con mucha presencia en el presente y el museo tienen que ser una herramienta que una y se complemente. En ese sentido, hay que acompañar los reclamos de la Cancillería y trabajar en conjunto con los Ministerios de Educación, de Cultura para entender la magnitud de lo que es el territorio argentino.
Este 2 de abril estábamos por inaugurar un mural de la plataforma marítima argentina, un mapa bi-continental que nos muestra que el centro de la Argentina es Ushuaia y no Córdoba. Trabajar para comprender lo que significa el derecho antártico, conocer las particularidades del inmenso mar Austral, conocer los intereses económicos que tiene el Reino Unido en el territorio. Por ejemplo, desde 1983 a 2015 se recaudaron 147 mil millones de dólares de regalías pesqueras solamente por el pago que hacen los diferentes barcos del mundo por la pesca del calamar, que crece en aguas frías cercanas a las Islas y que hacen que las Islas sean hoy el segundo lugar mas grande en cuanto a ingreso per capital del planeta.
Por eso mismo, el trabajo en conjunto con los Ministerios es fundamental para motivar a las nuevas generaciones a que puedan conocer el tema y el museo con más profundidad, aprovechar las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías y que los estudiantes tengan la oportunidad de conocer el museo previo a su visita.
Para Edgardo Esteban, Paz, Memoria y Soberanía siguen siendo los ejes rectores de un museo que se piensa como un punto de encuentro y un punto de debate donde se reflejen diferentes miradas.
El Museo Malvinas no busca narrar una historia oficial, sino busca ser un punto de encuentro. Este es un tiempo de diálogo y el museo Malvinas apuesta a que se puedan escuchar la pluralidad de voces que el tema despierta. Desde la extrema izquierda a la derecha toda tienen la pertenencia de Malvinas como propia, supera lo ideológico, es una cuestión de afecto y de compromiso hacia esas cuestiones. Tenemos que tener el eje en la causa de nuestro amor pero también tiene esa visión de lo que significa lo económico, lo diplomático y lo político.
Edgardo Esteban, ex combatiente, periodista, escritor y director del Museo Malvinas
Edgardo Esteban tenía 20 años cuando pisó por primeras vez las Islas Malvinas. Eran las 22:20 del 23 de abril de 1982. Le tocó el servicio militar obligatorio en el Regimiento 4 de Artillería Aerotransportada de Córdoba. El cuatro de abril le daban de baja, sin embargo, se ofreció para viajar a la Isla, ya que había aprendido sobre paracaidismo y sabía hacer logaritmo, manejar las tablas topográficas.
Después de la rendición, volvió como prisionero de guerra en el buque inglés “Canberra” al que los medios de comunicación anunciaron -falsamente- como hundido. Los llevaron a Puerto Madryn, después a Trelew, a El Palomar hasta que por fin llegaron a Campo de Mayo. Era un 20 de junio, el día de su cumpleaños. Un cocinero del cuartel le hizo la guachada de llamar a su madre y transmitirle el único mensaje que a Edgardo le importaba: que supiera que estaba vivo.
Un perro, una luz tenue de fondo y a su madre esperando en la vereda fue lo que encontró el soldado ese 25 de junio al retornar a su casa natal. No hubo aplausos ni vio a los vecinos de su barrio en las calles celebrando el regreso de los heroicos combatientes.
“Por lo genral, para los pueblos los héroes son los que quedan en el campo de batalla. A la sociedad argentina le costó mucho asumir esa derrota, compleja, en medio de una dictadura. Costó muchos años entender lo que significó esa situación de los que volvimos de la guerra, el tener más muertes por suicidios que por combate. Con el tiempo se comenzó a tener otra mirada sobre los ex combatientes", cuenta Edgardo Esteban.Con el peso de la posguerra sobre sus espaldas, Edgado pudo recibirse de periodista y comenzar una carrera profesional que le dio frutos: trabajó en destacados medios de comunicación de Argentina y el mundo, sin abandonar su militancia por la causa Malvinas. En ese marco, escribió el libro “Iluminados por el Fuego” (1993), que luego el director y actual ministro de Cultura Tristan Bauer, llevó al cine.
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DÍA DEL VETERANO Y DE LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE MALVINAS
EDGARDO ESTEBAN
MUSEO MALVINAS E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR