A SUBIRSE A LAS TABLAS conversó en exclusiva con uno de los actores del elenco teatral de “Tosco”, Daniel Dibiase:
¿Cómo te venís preparando para esta nueva presentación de “Tosco” en el Teatro Municipal Roma de Avellaneda?
Realmente muy feliz. Es un teatro que conocemos, que estuvimos. Es muy grato trabajar allí porque desde su intendente, Jorge Ferraresi, y de Victoria Onetto, que es una excelente persona y compañera de muchos años de trabajo, ya que hemos trabajado juntos en televisión y es muy trabajadora, el trato es muy ameno. Estar en el teatro es un placer muy grande porque nos acompaña con un cariño muy especial, incluso lo sé de otros compañeros que ya han ido a hacer función ahí y el trato es maravilloso. También hemos estado en el Teatro de Wilde y fue una experiencia muy linda. Estamos muy preparados y contentos.
La obra ya tiene un derrotero bastante extenso. Se estrenó en noviembre del 2015, si bien hubo unas pequeñas interrupciones porque yo he hecho teatro, cine y televisión. Lo hemos hecho en forma itinerante y recorriendo todo el país haciendo “Tosco”. Así que es un placer inconmensurable hacer este personaje.
¿Quién ha sido Agustín Tosco?
Agustín Tosco ha sido y sigue siendo el más importante referente líder sindical que tuvo este país. Era un inmenso dirigente sindical. Estuvo junto a otros dirigente sindicales en el año 69’ cuando se produjo el “Cordobazo”, una hazaña épica porque lograron concretamente derribar al gobierno de facto de ese momento, el de Onganía. Un dirigente dueño de una honestidad, caridad, de un intelecto superlativo y sin despreciar al resto de los buenos dirigentes sindicales. Agustín Tosco tenía una preparación muy grande, pero muy grande y una sensibilidad muy especial. Como él junto a otros dirigentes sindicales de la época pregonaba el trabajo desde las bases: no de arriba hacía abajo, sino de abajo hacia arriba, enfrentado a la otra CGT, ya que pertenecía a la CGT de los argentinos. Así que es un personaje realmente increíble.
¿Cómo fue el proceso hasta poder personificar a Agustín Tosco en la obra?
Fue un proceso que en principio para mí fue muy difícil porque parto de una base de mucha admiración con Tosco. He hecho muchos personajes históricos, en el cual he investigado sobre la vida y obra de estos personajes, me he metido en la piel de los personajes, no ha sido difícil, sino al contrario como mucha fuerza y ganas. En el caso de Tosco mi admiración es muy grande, lo he tenido siempre, lo he contado en otros reportajes que yo era chico y mi padre me hablaba maravillas de Agustín Tosco, por ejemplo me decía “es un sindicalista de verdad porque siempre está con el overol, el mameluco”. No era una postura, sino un trabajador que trabajaba como técnico y estaba en un torno, donde hacía hornos eléctricos, y no dejó de trabajar nunca; entonces eso marcaba una diferencia al resto de los sindicalistas.
A mí me costó mucho hacerlo porque lo admiraba mucho, lo tenía allá arriba, en un pedestal y eso para un actor no es bueno. Cuando nosotros encaramos un personaje histórico, tenemos que encontrarle todas sus cuestiones humanas profundas. Lo que yo siempre leía, escuchaba de Agustín, eran cosas maravillosas, entonces me dije cómo hago personificar a alguien casi perfecto, que por supuesto no es así. Por suerte a través de esa investigación y de todo el material que he leído, tuve el honor de conocer al hijo de Agustín Tosco, Héctor, y muchos referentes que lo han conocido. Entonces le empecé a encontrarle la vuelta desde la cuestión más particular, personal de Agustín y pude ir de a poquito juntando esas experiencias, vivencias, esos recuerdos de los que lo han conocido y así armar mi propio Tosco. Yo no hago una imitación de Tosco, no hablo en cordobés ni mucho menos. Simplemente trabajo desde lo que yo considero, de lo más valioso como ser humano y su vida sindical para poder decir esos textos.
¿Por qué “Tosco” a cinco años de su estreno todavía sigue estando en cartelera, más allá de algunas interrupciones?
Yo creo que la honestidad del material y su sencillez. Es un material poético. Si bien puntualiza un hecho histórico porque es la noche previa a la fuga de Trelew con la posterior masacre de los compañeros fusilados por los milicos y él estaba en la cárcel, ayudó con la fuga, pero decidió no escaparse porque consideraba que un dirigente sindical no podía permanecer en la clandestinidad. Pero la obra cuenta que en esa noche previa aparece un bichito de luz por la cerradura, se personifica en un ser humano e interpela a Tosco pidiéndole por favor de cómo se hacía una asamblea, entonces ahí un homenaje a Agustín desde el punto de vista de lo conceptual, de lo que es el sindicalismo, una dirigencia sindical, y después un homenaje a las víctimas de la Masacre de Trelew.
Yo creo que la obra tiene esta cuestión poética y es muy emocionante porque hay un discurso de él reconocido, aparece la imagen de los compañeros. Hay cosas que realmente movilizan, te hacen reflexionar, conmover y la obra también tiene un condimento que lo hemos agregado nosotros, que es el mapping, donde aparecen unas imágenes del “Cordobazo”, entonces aparece la cuestión didáctica a propósito y no es porque se nos escapó la tortuga si no que fuimos muy conscientes de que queríamos ubicar en tiempo, espacio, para aquellos espectadores jóvenes que no han conocido a Agustín, incluso muchos grandes tampoco lo han conocido, y qué fue lo que sucedió allí. Las imágenes se proyectan sobre lo que es la pared de la cárcel y te pone en situación, entonces también son muy conmovedoras. En ese sentido el mapping no es un artificio tecnológico, sino que ayuda a contar el relato. Es muy cuidadoso en ese sentido, no sobrepasa lo que está pasando ahí como actor en vivo, simplemente es una apoyatura desde el punto de vista estético y también de información.
La vigencia la sigue teniendo porque es un personaje histórico, clásico te diría. Una vez en un reportaje de Página 12 dije: “me da la sensación de que estamos frente a un personaje, que si fuera teatro de un personaje clásico argentino”. Y, pasan los años, aquellos que recuerdan y que tienen una buena memoria de entender qué ha pasado en este país, Agustín ha sido en ese sentido ícono, es un faro que sigue iluminando a las clases sindicales nuevas y a todos aquellos que tenemos un cierto compromiso político.
¿Por qué es importante traer estas obras históricas y testimoniales a los teatros de los barrios populares?
Porque, en lo personal, creo que no se puede dejar de perder la memoria. También lo estoy haciendo y te anticipo que lo vamos a presentar el 11 de diciembre en el Teatro Municipal Roma de Avellaneda “La Decisión, una obra de Pacho O’Donnell y a la cual representó a Leandro N. Alem, quien tiene una discusión con Lisandro de la Torre, y tengo otra obra que no puedo decir en este momento y no puedo anticiparme por pedido de la producción, pero que también es un hecho histórico. A mí en lo personal, más allá del placer de hacer teatro, creo que nosotros como responsables de hacer un hecho artístico, de contar historias que nos interpelen, que nos hagan reflexionar, que nos conmuevan, que nos hagan emocionar. Ojo!! Yo no reniego ni de una comedia, si me llaman de la televisión y si me interesa lo que me proponen, lo hago, de hecho he protagonizado muchas tiras, pero en el teatro, en el cine, fundamentalmente también lo hago, me fijo mucho en el que queremos contar y en televisión he dicho que no a cosas que no me gustaban desde el punto ideológico. Hay otros actores que hacen de todo, que los respeto y está todo más que bien.
A mí me parece que, hoy por hoy inclusive con lo que está pasando en nuestro país, creo que no debemos perder nunca más la memoria o recuperarla y plantearla en un escenario, por lo menos en mi caso. Yo no me considero un militante partidario, pero sí un militante de la cultura. Yo tengo un respeto a los militantes porque laburan las 24 horas. Yo no laburo las 24 horas como militante, pero sí como militante de la cultura y eso me parece que me lleva a hacer este tipo de proyectos.
¿Qué recuerdos te dejaron sus anteriores presentaciones en el Teatro Municipal Roma de Avellaneda?
Vos sabes que hay una filmación de los aplausos del público y fue muy conmovedor porque creo que nosotros hicimos la función un día jueves y estaba la sala llena para ver “Tosco”. Los aplausos fueron tremendos, lo mismo que en Wilde y a sala llena..
La movida que hace Avellaneda es muy buena a nivel cultural- yo trabajo en el Municipio de Morón en la parte de Cultura-, y cuando se hace un buen trabajo desde la gestión, la gente responde. Esto es lo que sucede en Avellaneda, la gente responde, va al Teatro Roma a ver teatro y eso es maravilloso. Cuando salgo del teatro, la gente que nos espera muchos no conocen a Tosco, otros sí y comentan sobre él, y eso a mí me emociona porque no hablan de mí, sino que hablan de Tosco. Me reconocen como Tosco y a mí me conmueve, enorgullece. Muchos compañeros de Tosco que vinieron a ver la obra, me hablaban desde un lugar tan conmovedor, que a mí me produce mucho orgullo de hacer esta obra.
Breve reflexión sobre lo que representa el teatro para vos.
Ay!! A veces me he enojado, he dicho basta porque es tan difícil y me doy cuenta que sin teatro, y más en este momento pandémico, yo no podría vivir y no exagero con lo que te digo. Cuando no se puede hacer es un estado muy angustiante. Te lo digo en este momento que todos viven, pero aquellos que ejercemos una profesión de la cual amamos porqué la elegimos y no poder hacerla la siento como un “castigo”, pero tremendo porque es como amar a alguien y no la podes ver ni abrazar. El teatro se abraza, con el teatro vos te conmueves, gozas, enojas, te pasan todas las emociones en ese convidio de estar ahí con el público, con los compañeros y compañeras en el escenario. El teatro me ha ayudado y me sigue ayudando a pensar el mundo de una manera determinada, más abierta, por ahí si no hubiera hecho teatro y hubiese hecho otra cosa, quizás hubiese sido un poco más sesgada mi forma de ver la vida. A mí el teatro me ha dado y me sigue dando la posibilidad de conocer personajes para poder interpretar y personas de las cuales no conozco y trabajar para así también aprender de esas personas, conocer público, recorrer el país, el mundo. También hice una publicidad en Bulgaria en el 2016, gracias a mi profesión conocí muchos lugares en el mundo que es una maravilla porque también hay otras formas de pensar. Amo mi familia, tengo mi mujer, mis hijos, soy muy hogareño, amo mi casa, pero en este momento de pandemia estoy esperando ansiosamente de estar en el Teatro Roma. Hago talleres de dramaturgia por Zoom, me llaman para charlas y sé que no es lo mismo, pero estoy cerca, leo mucho material. Para mí el teatro es la gran parte de mi vida.
“TOSCO”, LA OBRA TEATRAL DE ALEJANDRO FINZI
Es un homenaje a Agustín Tosco y la Masacre de Trelew. La obra transcurre en el Penal de Rawson el 15 de agosto de 1972 y narra el encuentro entre el líder sindical y un bichito de luz cordobés que viaja cruzando el país para verlo. Ese encuentro se nutre en la poesía, la ternura y el futuro mismo, en el entendimiento de que el teatro es el modo que tiene la Historia de tomar conciencia de sí misma.
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