Después de mucho tiempo volvieron a tocar, pero en un formato nuevo, el de “Auto Concierto” ¿Qué sensaciones les generó regresar a los escenarios?
En principio, alegría porque es nuestro trabajo y no solamente nosotros vivimos de este trabajo, sino que muchas personas que trabajan con nosotros que estaba parada. Es un poco extraño el formato, al menos el primero que hicimos que, como dijo uno de nuestros asistentes o plomos, fue tocar en un “embotellamiento”, ya que había autos atrás y adelante, la gente estaba adentro, o sea, veías los primeros autos, pero los del fondo no se veía nada. Cuando terminamos de tocar, tocaban la bocina en vez de aplaudir. Es raro, pero estuvo bueno. Nosotros habíamos hecho un streaming desde “La Trastienda” y estuvo lindo, pero era sin público. Esto, por lo menos, había gente y eso ya es algo. Así que estamos muy contentos de volver y esperando que haya más trabajo.
¿Cuánto tiempo crees que demandará para que la música vuelva a la normalidad?
Lo que sí sé es que los artistas fueron demasiados descuidados como trabajadores. Todo tiene que ir en función de que el artista vuelva a trabajar de forma normal. Yo puedo hacer un show en un autocine una vez cada tanto, pero nosotros y como otras bandas vivimos viajando, tocando, no es que tocamos solamente en Buenos Aires una vez cada tanto, sino que tocamos todos los fines de semana en diferentes lugares. Todo depende de que la gente pueda estar junta en un lugar cerrado con una capacidad normal, depende de que se vacune y el virus desaparezca. Me parece que es lo único que hay, sino tendrán que ver de qué forma se contiene a los trabajadores de la música y de todas las artes porque no es el que toca o pinta o actúa, sino todos los trabajadores que trabajan con él.
A pesar del aislamiento, “La Mississippi” produjo y lanzó un nuevo disco, donde reversionaron temas clásicos de la banda
Sí, hicimos un disco que se llama “Adentro”. No nos juntamos para tocar, sino cada cual en su casa tocó libremente e hicimos versiones libres de otros discos como una manera de no parar tanto, poder seguir haciendo música entre nosotros. Si bien yo hice otras cosas, colaborando con otros artistas de Argentina, España, aunque los músicos no nos quedamos mirando Netflix, sino que seguimos tratando de hacer música, generar contenidos. Hicimos seis canciones que se pueden escuchar en Spotify y en un formato EP, es decir, no llega a ser un disco. Estas seis canciones son versiones totalmente pandémicas, extrañas.
¿Cómo viviste esta experiencia de producir y grabar canciones desde tu casa?
¡Mira! Tiene lo suyo porque uno siempre le encuentra una vuelta distinta, o sea, cuando uno está otras personas, hace otras cosas, por ejemplo, si vos tenés una banda, ensayan con los músicos y un día viene un invitado a escucharte en un ensayo cambia la situación porque uno ya está tocando para otro, un distinto que entro y no es de la banda. Se modifica todo el tiempo la música. Un día estás sólo en tu casa y tocar sobre una música, donde el autor no está en frente o no está entre tus compañeros, vas a tocar de otra manera porque tocas por ahí sin esa presión del ensayo. Yo hice un disco con un amigo que vive en Cádiz (España) y salieron unas cosas muy distintas a lo que yo tocó generalmente porque en eso de estar sólo, de no tener horarios, no tener horas de ensayo, si un día quiero enchufar la guitarra a la computadora para grabar sobre una idea hace que toques diferentes. Yo creo que eso está bueno y me parece que es algo positivo dentro de todo esto, y, también que adquirís un manejo de la tecnología mucho más grande porque no te queda otra.
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Ph: Silvio Cornejo |
Sos uno de los más grandes guitarristas del país, ¿Cómo nació esta pasión por la guitarra?
Siempre tuve una guitarra cerca de mío. El tío de mi mamá que tocaba la guitarra y un domingo de esos que ibas a ver a tus parientes lo vi tocar. Yo tenía diez años y lo escuché tocar y vi como mantenía la atención de la gente, a él le pedían que toque tangos, zambas y él las tocaba todas. Ahí hizo un click en mi cabeza y le digo a mi viejo -’quiero tocar la guitarra’, ‘cómprame una guitarra’, y me compró una guitarra criolla; así que arranque a estudiar guitarra criolla, clásica porque no había profesores de lo quería tocar. A mí me gustaba “The Beatles”, ya de chico me gustaba el rock y no conseguía quien me enseñará esa música, así que a partir de los 12 o 13 años me largué sólo. Siempre fue el plan A la música en mi vida. Siempre lo primero fue la guitarra y después todo lo demás.
¿Te imaginabas que te ibas a convertir en uno de los grandes referentes de la música?
No y aún tampoco me lo imagino. Yo lo que hago es ser parte de una banda que hace un estilo de música y yo colaboro desde mi manera de tocar. Coincido de que hay gente que le gusta mi estilo, ahí gente más joven que me sigue un poquito los pasos. Pero nunca tuve la intención de ser un referente de la música, sino solamente hacer lo que me gusta con la gente que me llevo bien. Tenemos 32 años tocando juntos. Yo lo sigo viendo como un desafío constante. Ahora estamos trabajando en un disco nuevo, empezamos a componer, ya tenemos bastantes bosquejos de temas y todo a distancia. Para mí es un desafío todo el tiempo, no me considero que llegue a un lugar o tengo que demostrar más nada.
¿Qué novedades vamos a encontrar en este nuevo material discográfico de la banda?
La Mississippi es una manera hacer música, es una forma, un estilo. Nosotros componemos todos juntos y la conjunción de todas las ideas resulta La Mississippi. Aunque va a haber bastante material electro acústico, un sonido más íntimo, más formato de canciones. El blues en la banda es un aire, entonces es cómo que flota todo el tiempo sobre nuestra música, pero no es el género, el estilo, o sea, nosotros somos casi un “rock argentino blueseado”, aunque también nos dejamos sorprender por otros estilos.
¿Quién te transmitió la pasión por Independiente?
Mucho antes que la guitarra. Mi viejo no le gustaba el fútbol, sino que era más del boxeo, por él heredé el fanatismo por Cassius Clay que después fue Muhammad Ali, compartía con él esa pasión. El hermano de mi viejo era fanático de Independiente, en un 80 por ciento de la familia es de Independiente. Tenemos un grupo que se llama “El Rey de Copas”, somos un montón de familiares, ya mis sobrinos y nietos se van haciendo de Independiente. Siempre el Rojo estuvo ahí dando vueltas. Yo sigo siendo del Rojo, lo sigo viendo, vi el mejor Independiente de la historia, que fue el de los 60’, 70’. Estoy muy contento de haberlo conocido al “Bocha”. Iba mucho a la cancha, nos poníamos a charlar con Santoro, Pavoni, son personas muy amables. Sigue ese amor por el rojo todavía.
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Ricardo Bochini y Gustavo Ginoi |
¿Qué recuerdos tenes de tus primeras presentaciones en Florencio Varela?
El primer lugar que toque fue en el Conservatorio Beethoven que estaba en frente de la estación de Florencio Varela. Yo tenía un profesor que me enseñaba guitarra criolla y yo quería tocar la eléctrica. Le decía a mí me gusta el rock, no quiero tocar esto y me dio una guitarra eléctrica antiquísima, que daba corriente, una cosa espantosa. Tengo ese recuerdo de que fue la primera vez que yo agarré una guitarra eléctrica y tendría 10 años. Desde ese día se me fijo que yo quería una guitarra eléctrica y recién a los 14 me la pude comprar. Haber curtido en Varela de chico con algunos compañeritos de la escuela que también tocaban la guitarra, armar mi primera banda en la escuela secundaria con mis compañeros. Me encanta tocar en Varela. No tocamos mucho en Varela. Me gustar ir a tocar porque es como tocar en el patio de tu casa.
También sos gestor cultural en Florencio Varela, ya que sos el director de Actividades Musicales de ese distrito
Hace 28 años que trabajo en Cultura de Florencio Varela. Estos dos grandes trabajos, “La Mississippi” y Cultura, se llevaron bien. Yo pudo hacer las dos cosas a la vez. Es bastante difícil, pero gracias a “La Missi” que me banca y a Cultura que banca mis ausencias cuando tengo que viajar, como cuando fuimos con Tapia (vocalista) a tocar en Europa y estuvimos cuarenta días afuera. Es una gran pasión que tengo por la gestión cultural. Nunca me fui porque vi que lo podía hacer. Ahora soy director de Actividades Musicales de hace muchos años. Tenemos una escuela de rock, que era un sueño mío, tenemos una escuela de percusión, una orquesta sinfónica, de arte. Una actividad musical muy grande en Florencio Varela. Todo el tiempo estoy repartido entre Cultura de Florencio Varela y “La Mississippi”, me ocupa todo el día, no tengo tiempo para nada, aunque está bueno hacer lo que uno le gusta, hacerlo con ganas, pasión y el día que no me divierta alguna de las dos cosas lo dejaré obviamente, pero hasta ahora me sigo divirtiendo tanto tocando como haciendo que otros toquen porque esa es mi función: generar espacios para que los vecinos de Florencio Varela puedan expresarse a través de la música, en el caso mío.
¿Cómo surgió el proyecto de la Escuela de Rock?
Ese proyecto lo tenía del año 95’, que consistía en armar una escuela con un profe de cada instrumento básico de una banda rock, por ejemplo, teclado, canto, bajo, batería, guitarra, y armar combos con los alumnos con un profe de ensamble. Tanto hinche que un día dijeron- ‘bueno vamos hacer la escuela’, y ahí contratamos profes que eran músicos de rock, entre ellos está Gastón Picasso que es nuestro tecladista, de Varela y está ahí trabajando conmigo. Además, tenemos plomos para que los pibes armen, hagan mantenimiento de los equipos, de los instrumentos. Generamos entre 40 y 50 bandas en estos siete u ocho años. Por afinidad, por se conocen de otros lados, por gustos musicales, se juntan, ensayan y siguen solitos. Hace poquito hicimos un tema con Néstor, el cantante de “Nompalidece”, Ricardo Tapia, nos visitó Mariano Martínez de “Ataque 77” y en un momento vino a tocar con los pibes. Así que es un golazo.