Por Agustín Ochoa. A SUBIRSE A LAS TABLAS estuvo presente en la segunda fecha del Festival Arde Rock, que se realiza de manera simultánea en el Parque de los Trabajadores de Villa Domínico y la Plaza Ana Jaramillo. En total participan 80 bandas locales durante ocho domingos.
En este marco, conversamos en exclusiva con el presidente de la Unión de Músicxs de Avellaneda (UMA), Diego “Hippie” Gagliardo, acerca de los inicios del Arde Rock; de cómo lo pasaron los artistas locales durante la pandemia; y actividades realizaron para contenerlos.
¿Cómo lo están viviendo esta nueva edición del Arde Rock?
Lo vivimos con la misma intensidad y alegría de todos los años. Este festival se viene haciendo desde 2012. Pero con el combo de que veníamos de una pandemia; encerrado todo lo que es el colectivo artístico, que padeció mucho desde el punto de vista económico hasta está cuestión de encontrarnos; de mostrar lo que hacemos. Lo estamos celebrando mucho. Acá desde el público hasta los artistas tenemos un espíritu ya post-pandémico.
¿Cuán importante es el apoyo del estado municipal para la realización de estas propuestas musicales?
Si bien la participación de los músicos es altísima y la calidad de los artistas es muy buena, si no tuviéramos el apoyo del Estado esto no lo podríamos hacer y todo desde lo que es poner a disposición de las bandas de rock los dos anfiteatros todos los domingos hasta el sistema de sonido; luces; técnica; seguridad. El apoyo es incondicional y sin este apoyo nosotros no podríamos estar acá.
¿Cuáles son los orígenes del Arde Rock?
Es un festival que nació en el 2012. Es una iniciativa de aquel entonces Intendente Jorge Ferraresi. Nosotros le fuimos a plantear hacer un show justamente acá en el Parque Domínico; éramos seis bandas en ese momento; él nos dijo: -’por qué no hace algo para todas las bandas de Avellaneda’; y ahí fue que hicimos como una especie de censo. En el primer Arde Rock se anotaron 230 bandas, cosa que fue una sorpresa para todo el mundo. Ahora esto viene a celebrar aquel momento de ese primer festival, que en realidad fue concurso.
Este formato festival también es por iniciativa de Magdalena Sierra, que nos dijo: ‘Que está bien que lo hagamos, pero que ya no sea un concurso, si no que sea algo más solidario’; y la verdad está saliendo bárbaro. Por cuestiones lógicas de salud este festival va a durar dos meses. Se anotaron 80 bandas en 24 horas y se quedaron casi 56 bandas afuera. Estamos felices y celebrando como siempre este encuentro con los artistas de nuestra ciudad.
¿Cuál fue la situación de los artistas de Avellaneda durante la pandemia?
Por suerte tuvimos algún tipo de contención del Estado. Como organización pudimos acudir a los compañeros que estaban sin laburo; la actividad se cayó por completo. Pudimos entregar bolsones con comida a través del Observatorio Social. Se pasó mal porque fundamentalmente se cerró la fuente de laburo nuestro. Ahora estamos en otra realidad; hay una vacunación fuerte en la provincia; estamos tranquilos para poder realizar este tipo de eventos y podemos trabajar. Estamos trabajando en todos los lugares de la ciudad y esperamos seguir por este camino.
¿Ha sucedido que muchos dejaron sus bandas porque no podían sostenerse económicamente ante la imposibilidad de realizar presentaciones en vivo?
Sí, sucedió eso. Sucedieron un montón de cosas, compañeros que perdieron la vida. La verdad esto fue terrible y para el colectivo artístico también. Nosotros lo sufrimos mucho.