El cantautor popular brindó un concierto gratuito para decenas de personas en el Centro Cultural “Fuegos de Oktubre”. Fue en el marco de una serie de encuentros musicales impulsado por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
Por Agustín Ochoa. Con la misión de revalorizar la identidad y orgullo bonaerense, el trovador matancero Ignacio Copani se presentó ante decenas de personas en el Centro Cultural “Fuegos de Oktubre” de Monte Grande con su espectáculo “Mi Gran Buenos Aires Querido”, en el marco de un ciclo de encuentros musicales impulsado por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
En conversación con LA TERCERA, Ignacio Copani dejó sus sensaciones de tocar en un espacio tan identificado con la cultura barrial y popular. “Es justamente lo que busco. No estamos haciendo un ciclo de shows por hacer en las plazas que es muy lindo que vayan mucha gente. Sino precisamente apoyar a los lugares que hacen el aguante cultural durante todo el año. Son lugares reducidos con una militancia verdadera, social, ideológica y cultural. Es el ámbito de lo que queremos hacer y me siento muy cómodo”, explicó.
“Mi Gran Buenos Aires Querido”, el espectáculo que te lleva a recorrer por los 135 Municipios de la provincia de Buenos Aires: ¿Cómo nace esta serie de conciertos?
Hace mucho quería hacer esto. De hecho tengo una canción que se llama “Mi Gran Buenos Aires Querido” en la cual trató de resaltar esa idea del orgullo bonaerense. Está en sintonía con el Instituto Cultural que tiene toda una área de cultura en el territorio, entonces les propuse hacer esto a realmente unos costos de mucho pulmón, llevando nosotros el equipo y haciendo el traslado de todo. No es un gasto que convalide si viniera a tocar en un teatro, o sea, cuesta menos que eso. Así quería hacerlo y tuve los interlocutores para poder llevarlo a cabo. Por ese motivo estoy muy agradecido a Florencia Saintout, a toda la gente de cultura de la provincia de Buenos Aires que me permiten hacer esto. Siempre quise hacer esto, una gira verdaderamente por mi territorio y esto me hizo postergar una gira por España planificada para este año con una gran conveniencia en lo material, pero eso puede esperar. En un momento importante y difícil que vivimos como sociedad, mi aporte es este, el de estar acá; el de dar la cara y a través de las canciones transmitir ese orgullo bonaerense.
Con estas acciones estás demostrando que por algo sos considerado uno de los grandes cantores populares de la provincia…
No sé si lo demuestro. Pero sí, me siento un cantor popular porque a la popularidad la conozco desde distintas dimensiones. Algunos sólo lo asocian a la convocatoria y he tenido la suerte de hacer lugares con mucha convocatoria y vender muchos discos. Sin embargo, la esencia de ser un artista popular me parece que no tiene que ver con cuanta más gente que te vaya a ver y que por suerte viene alguien a verme, pero sí, con dónde está la inspiración de tu contenido. Un artista popular puede ser un escultor, una pintora que precisamente muestre aquello o diga pinta tu aldea y pintarás al mundo. Aún en un bar donde haya un cantautor y una sola mesa, si lo que canta en su repertorio está referido a lo que nos pasa, es un cantor popular aunque no llene un estadio. Entonces, creo que a mí me completa el hecho de haber tenido la suerte de transitar distintos momentos de mi propia carrera, las posibilidades que a veces tenes de difundir lo que estás haciendo que algunas veces prácticamente son nulas. Así que me siento un artista popular.
Según vos, ¿Cuál es el momento que marcó un antes y un después en tu carrera artística?
Tuve varios. Primero que todos fue cuando comencé mi carrera que fue en México. Era muy joven. Fue casi como que quemé las naves al decir me voy a dedicar a esto sí o sí y lo hice pasando privaciones como muchos artistas, aunque tratando de pensar que tenía algo para comunicar y buscarle la vuelta. Los comienzos los recuerdo con mucha alegría, inclusive me encantaría volver a vivirlos. Después hay algunos hitos que tiene que ver con la carrera, como por ejemplo, la participación de un programa de televisión que se llamaba “Badía y compañía” con un gran comunicador como Juan Alberto Badía quien me dio la posibilidad que me empezarán a conocer cada vez más y eso también te va transformando la vida. Otro hito de mi carrera fue a mitad de los ‘90 donde empecé a ser totalmente independiente, no dependía de ninguna compañía de discos y al haber tenido algunos éxitos importantes como las canciones de River Plate, como por ejemplo. Fue como un arcoiris, un degradé, no es que hay un corte en tal momento. Todos los momentos se iban encadenando una tras la otra.
Breve reflexión sobre todos estos años de trayectoria.
Soy un músico que utiliza ese arte para llevar una historia a buen puerto. No soy un emblema de rock, del blues, folclore ni del tango aunque incursione en esos estilos. Siempre utilicé a la música como un vehículo para llevar el contenido humano, social, romántico y todas las diversidades que pudiera mostrar. Así que me siento cabalmente un trovador, un cantautor que sabe trabajar el formato de la canción que es un formato muy especial, urgente, cortito y tiene que tener sus nudos, sus conflictos y su remate. Creo que lo sé hacer, pero no me creo un gran músico y poeta menos todavía, pero sí un trovador, un cantautor que conoce este oficio y siempre trató de buscar la originalidad en su obra. Cualquiera te puede decir que no le guste mi repertorio, pero nadie te puede decir que fui como furgón de cola de ningún estilo porque sino ahora estaría haciendo todas canciones sin música como lo está sonando ahora y ni me sale.