Nacido en Adrogué el 6 de enero de 1989, Alejandro Rodrigo ha emergido como una de las figuras más relevantes en el apasionante mundo del cuarteto argentino. Su travesía musical comenzó en 2017, cuando, junto al talentoso acordeonista Abel Anrriquez, fundó el “Grupo A”, una banda dedicada a rendir homenaje tanto a la cumbia colombiana como a las clásicas cumbias de la década de 1990. Este emprendimiento fue el germen de una carrera que lo conduciría a la fama y el reconocimiento, abriendo las puertas a una nueva oleada de admiradores del cuarteto.
Los inicios: Un canto a la nostalgia
Alejandro evoca sus inicios con un tono melancólico y nostálgico. “Los recuerdos que tengo son muy locos porque tuve la oportunidad de pisar por primera vez los escenarios, en una sala de ensayo. Aprendí a tocar distintos instrumentos musicales, como el güero, de percusión. Así que tengo grabado en mi memoria los recuerdos más bonitos porque fue el inicio de todo”. Esta etapa primordial no solo marcó sus primeros pasos en la música, sino que también cimentó su amor por el arte de estar en el escenario, un arte que Alejandro ha cultivado con pasión y dedicación desde entonces.
La disolución de “Grupo A” debido a compromisos laborales de sus integrantes podría haber sido un golpe devastador para muchos, pero no para Alejandro. En lugar de permitir que este contratiempo socavará su pasión por la música, todo lo contrario,lo impulsó a lanzarse como solista. Desde entonces, ha interpretado tanto las icónicas canciones del “Potro” Rodrigo como obras de su propia autoría, enriqueciendo el legado del cuarteto argentino con su estilo y visión personal; en compañía de su productor musical, Javier Suárez Díaz, con quien comparte una amistad y este exitoso proyecto musical.
La influencia del “Potro” Rodrigo
El “Potro” Rodrigo ha sido una fuente de inspiración inagotable para Alejandro. En sus palabras, “Representa todo. Es un gran intérprete que siempre lo tuve presente desde que lo escuché de muy chico. Él transmitía algo increíble, era un capo en todo”. Esta profunda admiración ha guiado a Alejandro en su desarrollo artístico, impulsándolo a explorar nuevas direcciones mientras se aferra a las raíces que lo han moldeado.
La figura de Rodrigo va más allá de meras referencias musicales; él representa un sentimiento, una conexión con la cultura popular argentina que ha dejado huellas imborrables en la historia del cuarteto. Alejandro, al incorporarlo en su repertorio, no solo preserva su legado, sino que también lo transforma, dándole una interpretación singular que resuena con sus fanáticos.
Un camino de éxitos: Temas que marcan la diferencia
Con una trayectoria marcada por su dedicación y pasión, Alejandro Rodrigo continúa consolidándose en el ámbito musical, abriendo nuevas puertas y dejando una huella imborrable en la rica tradición del cuarteto argentino. Hasta la fecha, cuenta con una serie de grabaciones notables, incluidas “Señora de Madrugada”, “Fuego y Pasión”, “Cuando” y “Asignatura Pendiente”, entre otras. Estas canciones han resonado con sus admiradores, convirtiéndose en imprescindibles en sus listas de reproducción.
La elección de “Señora de Madrugada” como su primer tema refleja su deseo de conectar con historias profundas y conmovedoras. “Las letras de las canciones de Rodrigo son testimoniales, pero me atrapó mucho la historia que cuenta sobre una señora que tiene que salir a trabajar a la calle para mantener a su familia e hijos, en un entorno que la mira mal”, compartió Alejandro. Este enfoque narrativo, cargado de emotividad, es una de las razones por las cuales su música ha logrado trascender generaciones y estilos.
La esencia del cuarteto y el futuro de Alejandro Rodrigo
Alejandro ha revelado también cuáles fueron los motivos que lo llevaron a elegir el género musical del cuarteto para su etapa como solista: “Esto se debe a mi admiración y seguimiento que tuve de muy chico con Rodrigo, quien me incentivó a interpretar sus canciones, ya que no había artistas de la movida que hicieran sus canciones”. Este compromiso con las raíces del cuarteto no solo demuestra su profundo respeto por el pasado, sino también un deseo genuino de revitalizar para nuevas audiencias.
“Se me dio traerlo con mi voz y mi impronta. Una vez que grabé sus canciones, llegué a distintos públicos que se sintieron atraídos por mi propuesta”, afirma. Es un testimonio de cómo la música puede servir como un puente intergeneracional, conectando a aquellos que vivieron la época dorada del cuarteto con los jóvenes oyentes de hoy.
Un artista en ascenso
Así, Alejandro Rodrigo se posiciona como un artista genuino que no solo rinde homenaje a sus influencias, sino que también se atreve a escribir su propia historia en el vibrante escenario del cuarteto argentino. Su trayectoria, marcada por una creatividad constante, una profunda admiración por sus precursores y un compromiso firme con su arte, augura un futuro brillante. Sin duda, su pasión y dedicación lo seguirán guiando en esta emocionante travesía musical, mientras continúa impregnando su estilo único en el corazón de sus seguidores y en la historia del cuarteto argentino.