Por Agustín Ochoa Ortega. Gabo Ferro, reconocido trovador argentino, dejó una huella imborrable en el panorama musical y social de nuestro país. Su legado, marcado por un compromiso férreo con las causas sociales y un profundo sentido de la justicia, continúa resonando en quienes luchan por una sociedad más equitativa. Las letras de Ferro, impregnadas de resistencia y lucha, son un reflejo de su esencia y su dedicación hacia un mundo mejor.
Al mirar hacia atrás, es inevitable recordar cómo sus versos nacieron de las fervientes calles que lo vieron crecer. Ferro convirtió su voz en un instrumento de lucha, enfatizando la importancia de no rendirse ante la adversidad y de defender nuestros derechos con determinación. Su música trascendió el mero entretenimiento; se transformó en un acto de resistencia y una declaración de intenciones.
A cinco años de su fallecimiento, su legado se revive y homenajea de una manera conmovedora a través del libro "El hambre y el arcángel", escrito por su amigo entrañable, Pablo Ramos. Esta obra se presenta como una serie de cartas que entrelazan una historia de amor, amistad y la inquebrantable conexión entre el arte y la vida cotidiana.
Ramos explicó que la elección del formato epistolar fue deliberada y significativa. “La elección de una carta se debe a dos razones; la primera es que la epístola es la única manera en que puedo escribir en segunda persona sintiéndome sincero; y la otra es que escribir así, a mi manera de ver, está muy cerca de rezar”, confiesa. Esta reflexión nos invita a considerar la escritura como un acto de conexión profunda, un diálogo íntimo que trasciende las fronteras del tiempo y del espacio.
La obra de Pablo Ramos no solo rinde homenaje a Ferro, sino que también ofrece una reflexión sobre la vida y el arte, mostrando cómo las vivencias personales se entrelazan con la creación artística. El libro narra con generosidad la historia de 13 canciones que surgieron de la comunión entre dos artistas que siempre persiguieron la belleza. Ramos recordó: "Gabo siempre me decía que yo era el hambre y él las ganas de comer. Mientras que a él le decía arcángel. Así que al libro lo titule 'El hambre y el arcángel', en el cual voy reflexionando acerca de la vida, el trabajo del escritor, pasando por las letras de cada canción del disco 'El hambre y las ganas de Comer'".
El proceso creativo que llevaron a cabo abarca un año en el que, a través de correos electrónicos y audios, Ramos desde Berlín, y Ferro desde Mataderos, compusieron un disco que se convertiría en un objeto de culto. "El hambre y las ganas de comer" no solo es un título, sino un concepto que encapsula la intimidad y la interrelación de dos espíritus creativos. "Fue un disco que se hizo mítico, un disco de culto. Entonces, en este libro, el lector se va a encontrar con la intimidad entre dos artistas que compartieron la creación de un disco que parece hecho por la misma persona. Están los emails que nos solíamos mandar y toda esa carta de 200 páginas voy pasando por todas esas sensaciones y esos momentos", afirmó Ramos con nostalgia.
El relato de Ramos también incluye momentos significativos que marcan el proceso creativo. Una anécdota memorable ilustra la génesis del título del disco:
"Con Gabo habíamos terminado el disco y ya lo estaba grabando. Pero faltaba el título del disco, entonces él me pide que lo busque y lo busco, pero no lo encuentro. Un día me llama por teléfono a Berlín y me dice te voy a contar algo: -"un tipo muy borracho me espero a la salida del Ateneo y me dice que hay dos artistas que, en estos momentos muy malos de mi vida, me consuelan y acompañan: vos y un tal Pablo Ramos". A lo cual él le cuenta: -"Mira. Acabamos de terminar un disco de canciones que lo hicimos juntos". Enseguida el hombre se agarra la cabeza y le dice: -"Uy, se juntaron el hambre y las ganas de comer". Así nació el nombre disco", relató Ramos con mucha emoción en conversación con A SUBIRSE A LAS TABLAS.
A través de "El hambre y el arcángel", la esencia de Gabo Ferro perdura, recordándonos a todos que la música, la amistad y la resistencia son pilares fundamentales en la búsqueda de un mundo más justo. Este tributo literario no solo celebra su vida y su arte, sino que también invita a nuevas generaciones a continuar la lucha por la equidad y la justicia social, valores que Ferro defendió con pasión hasta el final de sus días.