Por Agustín Ochoa. A
SUBIRSE A LAS TABLAS dialogó en exclusiva con el reconocido caricaturista Luis
Ordoñez sobre sus inicios, su llegada a los medios de comunicación, el
lugar que ocupa en su vida el dibujo, entre otros temas.
Nacido en Valentín Alsina, Luis Ordoñez incursionó con
éxito en varios ocios durante su vida: la gastronomía en el negocio de su
padre y la música donde compartió escenario con Almendra, Manal y Vox Dei, los
más grandes del Rock nacional de los años 70, pero su verdadera vocación desde
muy chico fue el dibujo y en especial la caricatura. Autodidacta en su
formación, creó un sistema de enseñanza fácil de aprender, que lo llevó a
contar con una de las escuelas de dibujo más concurridas de Latinoamérica desde
hace más 30 años en La Av. Hipólito Irigoyen al 4500, justo enfrente de la
Estación. Fundó la Primera escuela internacional de caricaturas en la ciudad de
Miami, Coral Gables, Estados Unidos.
En el año 2012 fue distinguido por el Gobierno de
Francia, en la ciudad de Saint Just Le Martel entre más de 1500 artistas de
todos los continentes, como el mejor caricaturista del mundo.
Luis Ordoñez es sin dudas una referencia ineludible
para muchos artistas y año tras año representa a su querido Lanús y al país en
las principales exposiciones del mundo. En 2019 tuvo el honor de ser el primer
caricaturista en exponer sus obras en el mítico Museo del Louvre de París.
Sobre esta personalidad lanusense, el intendente
Néstor Grindetti, armó: “Me emociona que Luis sea reconocido con este premio
tan importante. Es un vecino muy querido en nuestro municipio y nos enorgullece
en el mundo entero. Con él venimos haciendo muchas cosas juntos para los
vecinos”.
¿Qué recuerdos tiene de sus inicios?
Ese es un recuerdo que no se puede borrar porque cuando
uno tiene la suerte de poder hacer lo que le gusta de toda la vida no podés
olvidarte de los inicios. Yo siempre digo que esto es un don que Dios me
regaló, que es algo que nació conmigo y después la perseverancia, constancia
hacen que uno lo vaya puliendo y perfeccionándote.
Mi papá tenía almacén y fiambrería y yo dibujaba las
latas de galletitas ya que en ese momento se vendían las galletitas sueltas. Me
acuerdo de que yo dibujaba el logo de “Canalé”, escribía la palabra “Canalé”.
Es decir, ya tenía algo que era realmente un sentimiento por el dibujo.
En primer grado, la maestra llamó a mi mamá, le dijo
que ‘por favor, no me hiciera los dibujos’, mi vieja pobrecita no dibujaba nada
y le decía que era yo el que dibujaba, entonces tenía que demostrarle a la
maestra volviendo a hacer el dibujo. La maestra les recomendó que me mandarán a
una escuela de dibujo para poder aprender. Yo tenía esa pasión por el dibujo,
pero a su vez por la caricatura, el dibujo humorístico. Yo veía los dibujos de
Walt Disney, la tapa de una revista que se llamaba “Canal Tv” ya que había
caricaturas hechas por un caricaturista increíble que se llamó Abel Ianiro y me
volvía loco eso. Yo lo que quería estudiar era eso. En la escuela, que me
llevaron por primera vez, me dijeron que me iban a enseñar caricaturas y por
supuesto, me ponían el jarrón, la manzana y era algo que me aburría, no me
gustaba porque yo quería hacer dibujo humorístico. Obviamente pedía que no me
manden más, me mandaban a otra escuela lo mismo, es decir, que eran dos o tres
meses que iba a las escuelas, pero no era lo que yo quería, así que decidí no
estudiar más y seguir practicando. Ese es el recuerdo más grato que tengo de
mis comienzos, de la perseverancia que tuve, primero el apoyo incondicional de
mis viejos que obviamente veían que también tenia talento, y quería
perfeccionarlo. El recuerdo es que Dios me regaló este don, que nací con eso,
pero que no hubo una escuela que me enseñará perfeccionarlo, no hubo nada que
hiciera que avance por medio de una enseñanza ortodoxa como se puede aprender
en una escuela.
¿Cómo se da tu llegada a los medios de
comunicación?
Yo creo que cuando alguien se propone una meta y tiene
la perseverancia de querer llegar a esa meta se llega ya que esta siempre en
uno, es decir, muchas veces cuando dicen ‘yo fracasé en la vida’ y el fracaso a
veces es no intentar las cosas. Y yo intenté primero sin saber que esto iba a
hacer mi profesión, no era mi pensamiento el de trabajar de esto porque mi
pensamiento era aprender, querer ver a una persona y poder dibujarla, poder
plasmarla en un papel. Y bueno practicaba, empezaba a dibujar a mi familia, a
mis docentes, a todos en cuanto se posaba frente a mí lo dibujaba, hasta que
aprendí y veía que cada vez me salían mejor las cosas, cada vez me costaba
menos en lograrlo, cada vez había más depuración en el trabajo, más
perfeccionamiento. Cuando vos haces bien algo, es decir, cuando cantas bien o
cuando jugas bien al fútbol o tocas bien un instrumento tenés necesidad de que
no solamente te digan en tu casa está bien, de mostrárselo a tu familia, si no
tenés la necesidad de mostrarlo al mundo y cuando llegó ese momento en mí,
curiosamente me presentó, en un lugar donde no había ni dibujantes ni dibujos,
en una revista que fue la más importante del momento “Radiolandia 2000” donde
me gustaba porque era la revista que se compraba en casa, una revista de mucha
venta, entonces se me ocurrió presentarme en la revista, sin entrevista previa,
sin conocer a nadie, agarré la carpeta, me presenté en la revista y cuando
entró me atiende, viste ese momento donde está la varita mágica que existe y yo
me puse debajo de la varita, directamente el Director de la revista, el
periodista Francisco Loiácono (referente del periodismo argentino), y me
pregunta ‘¿Qué tenés en esa carpeta? Debe haber algo bueno” y abro la carpeta,
le muestro, me hizo pasar a la oficina; cuando estaba viendo la carpeta, llamó
por teléfono a un fotógrafo y un periodista; y cuando entran, les dice ‘sáquenles
fotos a los dibujos acá del muchacho’ y la semana siguiente sale una nota en
pagina central. Te imaginas que no entendía nada, era algo como que era un
sueño ya que iba simplemente a mostrar el trabajo y no solamente me dieron
trabajo porque ahí empezó mi labor profesional, sino que salen haciéndome una
nota en la revista, y, además empezó a salir un poster desplegable con la
figura de la semana. Eso para mí era algo increíble donde además me tope con un
señor predispuesto a no estafar a nadie, no explotar a nadie, sino que le dio
un valor increíble, me preguntó cuánto salía el trabajo y yo no sabía, es
decir, yo trabajaba con mi papá en el almacén que tenía, sabía era cuánto salía
un pollo, un kilo de asado, pero no sabía cuánto salía un dibujo; entonces me
puso un precio que cuando me dijo el precio, era tremendamente importante, si
te dijese la cifra te mentiría porque son muchos los años que han pasado y
mucho cambio de moneda que hubo, pero era mucha plata por trabajo y ahí tuve el
parámetro de cuánto valía.
Al mes me llamó Gerardo Sofovich para dibujar en sus
cuatro programas (“Polémica en el Bar”, “Operación Ja Ja”, “La Peluquería de
Don Mateo” y “La Noche del Domingo”). Ahí empieza un poco a difundirse
profesionalmente lo mío, es decir, la televisión es una vidriera increíble, que
te da la posibilidad de ser conocido, y te promueve o entierra, es decir, dura
lo que tiene que durar y desapareces enseguida. De lo que te estoy contando es
de hace 43 años.
Después me contratan de Canal 9 para hacer y dibujar
en vivo en “Todos los Goles”, era el único programa de futbol que había en ese
momento. Ahí comenzó mi carrera nacional que después se empieza a ligar con
brazos internacionales donde también empiezo a trabajar para distintos medios.
Me llaman después para exponer en Canadá, Bélgica, Japón. Así empezó todo lo
que es mi carrera que nació dibujando una lata de galletitas “Canalé”.
¿Qué intentas lograr en tus dibujos?
Primero trato de lograr el parecido, es decir, el
logro que tiene que ver el caricaturista es que gente sepa quién dibujó esa
caricatura, aunque no esté el nombre, y eso se llama estilo. Lo que yo intento
es que sea un agrado para no solamente los que ven el dibujo, sino la persona
que esté dibujada, que no sea una cosa agresiva, ridiculización, si no que sea
algo agradable o un recuerdo como vos mencionabas sobre la caricatura que te
hizo Marcelo, así que por ese motivo lo que quiero conseguir es el agrado de la
gente. Fui el primer dibujante que dibujaba en vivo en televisión para que la
gente se lleve de recuerdo ese agasajo a través de la caricatura.
¿Qué sensaciones te dejó haber sido seleccionado
el mejor caricaturista del mundo entre 1500 profesionales y de haber expuesto tus
obras en el Museo del Louvre?
Lo de Francia es algo maravilloso. Yo participó en
Saint Just Le Martel más precisamente, es una ciudad que está a cuatrocientos
kilómetros de París, donde el Alcalde de la ciudad creó hace treinta y ocho
años el mayor evento de exposiciones de caricaturas de todo el mundo y están
invitados todos los profesionales del mundo para participar en esta exposición.
Yo participó desde el 2002; en el 2006 obtuve una mención; en el 2012 me
eligieron el mejor caricaturista del mundo y el año pasado me eligieron
nuevamente como el mejor caricaturista del mundo entre 1500 profesionales de
todo el planeta. Una satisfacción tremenda donde además ahí hago exponer a mis
alumnos también, es decir, nosotros hacemos exposiciones con los alumnos de
nuestras escuelas donde los ganadores, que son votados por el público a través
de las redes sociales, participan conmigo en esta exposición. Que me hayan
elegido para mí ha sido un honor muy grande, y, además se duplicó la
satisfacción porque en Francia me invitan del Museo del Louvre para exponer,
por primera vez un caricaturista argentino o artista contemporáneo participa
con una caricatura en tan emblemático museo. Así que para mí fue una cosa muy
satisfactoria.
Después fui contratado en España para hacer una gira
en octubre el año pasado para dar clases magistrales a la Asociación Española
de Caricaturistas donde cuenta con caricaturistas increíble y bueno me convocan
para dar una clase magistral y un atelier en Barcelona que es uno de los
estudios de arte más grande que hay en España. Así que fue una experiencia
increíble, una satisfacción de haber logrado este título, conseguido mostrar el
arte que hay en Argentina porque hay muchísimos dibujantes muy buenos, y tuve
el honor de haber sido elegido entre los más grandes y admirados por mí en el
mundo, son personas que realmente admiro muchísimo y haber logrado ser elegido
para mí es un gran honor.
¿Qué intentas transmitirles a tus alumnos?
Primeramente lo que hacemos es tener una escuela de
hace treinta y tres años donde se le transmite no solamente el valor artístico
que debe tener, sino el amor que debe que tener por una profesión. Cuando vos
combinas talento con sentimiento, se logra algo increíble que es poder hacer
algo que la gente ve el amor que le pones a las cosas. Nosotros en nuestra
escuela enseñamos todo lo relacionado al dibujo humorístico, es decir, se ven
caricaturas de diseño humorístico, historieta, cartoon, se ve todo lo que el
dibujante profesionalmente tiene que estar preparado. Hemos creado un sistema
de enseñanza fácil y didáctico donde de hace treinta y tres años concurren
miles de alumnos y el 60 por ciento de los trabajadores del dibujo del país son
egresados de nuestras escuelas. Y transmitimos todo aquello que tiene que ver
con el dibujo humorístico, pero a su vez transmitimos ese amor que hay que
tener por cada profesión y los incentivamos justamente con exposiciones anuales
donde participan más de cuatrocientos alumnos de las escuelas, se hace una
exposición a nivel físico en algún espacio a donde la gente pueda asistir, pero
a su vez se suben todos los dibujos a nuestras redes sociales para que con un
sistema de votación la gente de todo el mundo elija los trabajos que más
gustan. El año pasado recibimos 97200 votos de todo el mundo donde fueron
elegidos los ganadores, que Dios mediante y Coronavirus exterminado podamos
participar nuevamente este año en ese festival de octubre donde van a participar
junto a mí los ganadores del 2019. Así que lo que les transmitimos primeramente
el aprender a dibujar, el amor que hay que tener por esta profesión.
Breve reflexión sobre el lugar que ocupa
en tu vida el dibujo.
La caricatura se convirtió en mi vida, parte de mi
grupo familiar. Amo a mi esposa con la que estoy casado hace cuarenta y tres
años, amo entrañablemente a mis hijos, y que además tengo la suerte de que
están conmigo en las escuelas (Lucas es un excelente dibujante, un
perfeccionamiento en sus trabajos increíbles, ganador de premios en la facultad
donde ha hecho diseño gráfico, sigue perfeccionándose y es uno de los
profesores de las escuelas; Eliana lleva toda la parte administrativa). Y la
caricatura forma parte familiar en mi vida, está arraigada en mí, está
comprometida en mí con una pasión que no creo que se vaya nunca y cada día me
gusta más dibujar y hacer caricaturas.
muy bien
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