“Lo que más me gusta en principio es compartirla con mi amigo Héctor Calori, que es un amigo de toda la vida y casi como de la familia porque son muchos años de amistad, de haber compartido televisión, teatro juntos; así que es realmente emocionante eso, en la que Héctor Calori hace un delicioso trabajo también en “Aeroplanos”. Y, después el mensaje que trasunta esta propuesta de Carlos Gorostiza, que entrañablemente tiene que ver con la amistad, entrañablemente tiene que ver con la sensación de finitud que sufre el ser humano, y todo en un marco de simpleza y de mucho humor y ternura. Así que realmente es una propuesta muy rica, no sólo en lo temático sino en lo artístico porque creo que es una de las piezas mejor lograda de Carlos Gorostiza, a quien he apreciado mucho personalmente y recuerdo que fui al estreno de “Aeroplanos” hace 30 años”, reflexionó el actor Guillermo Marcos en conversación en exclusiva con A SUBIRSE A LAS TABLAS.
¿Qué recuerdos tiene de aquel estreno de “Aeroplanos”?
Sobre todo me encantó porque la dirigió el propio Gorostiza, y bueno me contó algunos portentos de la génesis de “Aeroplanos” que hoy la tengo guardado en mi corazón porque me encantó desde que lugar me lo contó Gorostiza, un delicioso ser humano que he querido mucho.
¿Qué te parece la nueva sala teatral “Graciela Dufau” del Cine-Teatro Municipal de Wilde?
Es un logro extraordinario del municipio de Avellaneda, de la gestión del ingeniero Ferraresi; que la verdad no solamente me congratuló como actor sino que también como ciudadano porque que una comuna del sur del Conurbano Bonaerense apueste, como apuesta Avellaneda, por la cultura haciendo de la actividad cultural un hecho tan fecundo como ocurre en Avellaneda es para quienes trabajamos en la cultura de hace tantos años realmente un aire vital, renovador; así que lo viví con muchísima emoción, ver el compromiso del ciudadano de Avellaneda y de sus funcionarios, no solamente con el hecho cultural sino que con la salud, la educación, con el de vivir cotidianamente en la ciudad de Avellaneda; lo cual me gratifico muchísimo.
¿Cómo describirías al público de Zona Sur?
Es un público ávido de cultura, de propuestas teatrales, maravillosamente receptivo a tal punto que llenan las salas. Hemos hecho un ciclo “Roma en los Barrios” con el municipio de Avellaneda, y la verdad nos ha desbordado el público para ver “Aeroplanos”. Y de Zona Sur hemos estado en el Teatro Municipal de Lomas de Zamora a sala llena también y en otros municipios del Sur del Conurbano Bonaerense. Realmente es un público ávido, reflexivo, de absorber mucho lo emocional y poético, es decir, de absorberlos felizmente, saludamente. La verdad es un público maravilloso que quiero especialmente porque además yo he vivido muchos años en Lanús y lo conozco muy de cerca.
Breve reflexión sobre el lugar que ocupa el teatro en tu vida.
Central y de toda una vida porque yo empecé muy de chico con mi padre y en mi casa se ensayaban yo siendo un niño, mi padre ensayaba y hacía lectura de obras de teatro con sus compañeros; así que es un lugar muy grande y emocionalmente; cuestión de recuerdos, nostalgias, imágenes que me vienen de toda una vida de haber transitado escenarios, compañeros, actores, anécdotas, autores, el público, el teatro que es maravilloso porque es un arte vivo, no es el cine ni es la televisión, que son artes que están congelados, grabados y se ven después, aunque el teatro es un arte vivo, la gente está ahí en la platea y ve caminar, respirar, reír, llorar al actor en vivo, y esa comunión es única, irrepetible e intransferible, así que imagínate que al teatro lo tengo no sólo en ADN sino presente día y noche.
“AEROPLANOS”, UNA PIEZA TEATRAL ESCRITA POR CARLOS GOROSTIZA
“Aeroplanos” es la historia de dos amigos entrañables, de clase media, que se conocen desde hace sesenta años. Su convivencia nos ofrece un intenso y rico intercambio de humor, ternura y solidaridad. Sienten a la amistad como a un verdadero gozo que el espectador comparte desde su propia experiencia.
La obra plantea, desde el alma misma del adulto mayor, el oscuro temor a la muerte, la soledad, la pérdida de la independencia y la iluminada esperanza de disfrutar libremente los últimos años de vida. Así, nos internamos en la vejez de dos personajes que se preguntan, con buen humor y sin solemnidad, sobre los por qué de la existencia. Desde el inicio de la acción, el espectador asistirá a un intercambio de anécdotas, bromas y confidencias hechas por dos seres en un día crucial para ambos.
Es valioso que “Aeroplanos” nos remita a la alegría y a la necesidad de compartir con alguien la dicha y el dolor de la existencia. Que nos permita valorar lo que significa un “verdadero” amigo, a sustentar aquellos principios, al decir de Gorostiza, como una forma legítima y viril de amor. Y que, además, rescata el privilegio de ser un sostén en el duro oficio de vivir.
Tags
AEROPLANOS
AMISTAD
CARLOS GOROSTIZA
CINE-TEATRO MUNICIPAL WILDE
GUILLERMO MARCOS
HÉCTOR CALORI
TEATRO