Justamente, la nueva sala teatral del cine-teatro municipal Wilde lleva por nombre Graciela Dufau en honor a su larguísima trayectoria en la televisión, en el cine y el teatro.
“Primero no quería y se lo dije a Victoria incluso le di nombres de actrices que fueron nuestras maestras que merecían también su reconocimiento, y ella me decía ‘Pero no eran de Avellaneda’”, reconoció la primerísima interprete sobre cuando se enteró que la nueva sala teatral iba a llevar su nombre.
Luego, expresó: “Acá lo importante es lo que queda. Este es un teatro para adelante, para que puedan disfrutar, aprender, reflexionar, vivir, actuar, bailar, cantar miles de personas dentro de 50 años, que nosotros seguramente no vamos a ver yo por lo menos, y esto va a seguir en pie; esto es lo importante. Esa es la tarea que yo veo que hace Ferraresi y es realmente único…”.
“…Yo nací aquí, hice la escuela primaria, estudie piano en el Conservatorio de Avellaneda, que a pesar de ser hincha de Independiente y como les quedaba más cerca a mis padres me afiliaron al Club Racing y tenía que ir ahí porque había una pileta en el verano, estudié italiano porque al lado del Teatro Roma había un lugar que se llamaba Dante Alighieri, mi papá era secretario de redacción del diario “La Libertad”, que ya no existe y estaba al lado de la Plaza Alsina, así que mi infancia y mi adolescencia transcurrieron aquí”, recordó Graciela Dufau.
Al mismo tiempo, contó: “Esta mañana cuando me desperté mi marido (Hugo Urquijo) me había comprado unas flores chicas, que él sabe que a mí me gustan, y me escribió una carta muy especial, que no voy revelar todo su contenido; pero decía que él admiraba que yo siempre fui fiel a mis orígenes. Yo siempre valoré mucho lo que viví aquí, lo que perdí porque perdí a mi padre a los 16 años, y en ese momento era Secretario de Prensa del Municipio. Aunque todo esto quedo en mí”.
Y, agregó que “para ir al teatro nosotros teníamos que tomar un tranvía, viajar hasta Constitución, en Constitución tomarse un colectivo para poder ir al teatro. Se filmaba mucho en el Teatro Roma. En el 50, que me lo recordó Barley Finn , se hizo una película que era sobre la Orquesta Sinfónica de Avellaneda, y después no sé qué paso con la Orquesta que ahora está otra vez; entonces eso antes había que cruzar el puente para poder llegar al Centro. Yo estudiaba muchas en el Centro y era mucho esfuerzo, y que este todo esto acá con buenos profesores, gente preparada es maravilloso y muy importante. Yo valoro mucho lo que hace Jorge, la señora Magdalena Sierra, y por supuesto lo que hace Victoria por la cultura”.
“Con Victoria convivimos en esa obra de teatro casi 4 años. Y yo como una madre la he retado un montón de veces con razón y sin razón como hacemos las madres. Pero yo la veo ahora y estoy tan orgullosa de ella como se tratará de una de mis hijas porque realmente tenía una idea, y a mí me parecía que como demasiado, demasiada ambición, aunque ella se preparó y lo hizo. Le decía tantas cosas que estuve mal, pero a lo mejor le sirvió como para decirme ‘bueno, yo me voy a preparar tanto y te voy a demostrar que sí soy capaz’. Yo quiero ser sincera porque te volvía loca a veces y diciéndote ‘NO’, ‘POR QUÉ HACES ESO’, aunque a lo mejor era porque yo veía que se ponía como en riesgo porque era otra cosa. Yo debo decir que en la época de Alfonsín a mí me ofrecieron ser Diputada y yo dije que no porque no estaba preparada. Lo que hizo ella es decir yo me voy a preparar y lo voy a hacer, y con una hija y un marido también porque son muchos frentes. Así que yo si en algún momento fui demasiado dura te pido disculpas (a Victoria Onetto)”, rememoró Dufau.