PH: CATALINA SIKORSKI |
Por Agustín Ochoa. Con las actuaciones de Claudio Pazos, David Masajnik y Coni Marino, la pieza teatral “Mientras se vuelan los Campos” fue re-estrenada el jueves 4 de marzo en el Espacio Callejón.
Al respecto, A SUBIRSE A LAS TABLAS conversó en exclusiva con la actriz e integrante del elenco de “Mientras se vuelan los Campos” Coni Marino:
¿Qué sensaciones te genera de hacer nuevamente la obra de teatro “Mientras se vuelan los Campos”?
Fue muy intenso. Yo era una de las que más dudas tenía de reestrenar en esta situación de emergencia sanitaria. El aplauso fue muy profundo y largo. Agradecida de la insistencia de mis compañeros porque fue maravilloso, a los actores nos hace bien estar ahí arriba. La gente salió muy contenta. El teatro moviliza, hace bien y aunque hace dos años si me hubiesen dicho hoy es posible hacer con protocolos teatro, yo decía que no, pero ahora digo que sí, que hay que hacerlo, seguir hablando las cosas porque la escena, el teatro, son espacios de reflexión, emoción y encuentro. Fue maravilloso. Una hermosa experiencia.
¿Cómo fue el aplauso del público?
Fue un aplauso muy largo. Quería hablar para agradecer a los que estaban ahí y no dejaban de aplaudir. Es muy conmovedor. Es difícil de explicar si uno no es actor lo que pasa con el aplauso. Vos pones todo tu corazón, trabajo, querés contarle una historia al otro y al final son esos minutos en donde vuelve algo muy claro que se transforma en aplauso, es un ida y vuelta que completa el círculo. Es divina la sensación.
¿Qué es lo que más disfrutas de hacer esta maravillosa obra?
Es una obra un poco extraña. Desde que la leí quedé enamorada de la obra, de hecho soy la amiga de la autora, quien me la pasó para que la lea y le dije ‘hagamosla’. No la había terminado de escribir y yo ya la estaba presentando en el Centro Cultural la Cooperación como proyecto que luego entró por concurso.
Es una obra que tiene humor y eso le da un respiro porque es una obra sórdida también que habla de un tema que tiene que ver con la ecología, el maltrato le hacemos los seres humanos a nuestra tierra y cómo empieza un futuro horrible donde no hay más animales, vida, plantas, pájaros, a gatas hay muy poca agua. Una especie de futuro distópico, como muy feo y están estos cuatro personajes que tratan de sobrevivir. La obra también se resignifica a la luz de lo que estamos viviendo, esta cuestión de tratar de sobrevivir, de seguir vibrando, por eso esta gallina, que es lo único que queda vivo, genera un desastre y la gente se ríe mucho. La obra tiene un contenido precioso, profundo. Para mí es un placer decir los textos que escribió Raquel Álbeniz, que además creció en el campo y es una obra bastante campera, es un registro raro. Jamás había hecho un material así, me costó mucho, tuve que trabajar mucho para encontrar una forma de decir porque los personajes hablan corto y medio enrarecido, como que cambian el orden de algunas de las palabras. Es un mundo.
El jueves nos pasó de vuelta algo muy maravilloso. Entre el público había un chico que creció en el campo, y entonces estaba muy conmovido. Para mí fue el mejor halago que me podían hacer porque me dice ‘al principio tuve miedo de que se burlen del campo, que sea una caricatura, aunque fui entrando en la historia y me acordé de mi casa, de mis padres discutiendo cuando venían las épocas de malas o de sequía, es como que fui de viaje al campo, a mi infancia’. Fue súper conmovedor ese momento.
¿Cómo fue el proceso de preparación que realizaste para poder interpretar tu personaje?
Un proceso muy agradable porque todos somos amigos y nos fuimos juntando a lo largo de muchos meses con las dos directoras y con los compañeros Claudio y David indagando este mundo que es muy ajeno, como si uno tuviera que hacer un personaje de un astronauta de la N.A.S.A y no tenes idea. Hay mundos que son muy ajenos, a uno le queda lejos. Así que fue muy rico, tuve procesos de muchas frustraciones donde sentía que iba a hacer una cosa que iba a estar mal, muy fea, después empecé a tomar confianza y ahora me conmueve profundamente. Es un viaje particular y muy hermoso.
¿Coíncidis con la siguiente afirmación de que “es un momento para salvar la cultura y teatro y no para hacer una diferencia económica”?
Sí, estoy de acuerdo. Es un momento para salvar la cultura sin dudas. Igual creo que lo es siempre porque a veces nos olvidamos como sociedad de cuál es el lugar que ocupa la cultura. La cultura genera identidad, conciencia, capacidad crítica de reflexión de la realidad, no es simplemente pasar un rato y después te tomas una cerveza, si no que hay un montón de cosas dentro que se mueven, o sea, la cultura es algo que siempre tiene que estar atendido. Pensar que es algo menos importante que… es un enorme error porque tiene que ver con la conformación de una sociedad, la identidad de un país. Así que en ese sentido sin dudas.
Respecto a si es un momento para no hacer una diferencia económica sin dudas, pero también es cierto que los artistas, yo en chiste digo del tercer mundo, de este tipo de países que han sufrido tanto: no es lo mismo que un artista que tenga resto para aguantar el chubasco que un artista que genuinamente lo es, pone mucho de su vida y tiempo que no tiene resto. Entonces ahí no se puede meter todo en la misma bolsa porque yo puedo un muy buen pasar y saber que este año no voy ganar y la resisto, pero yo tengo mucha gente talentosísima que se dedica su vida al arte que está casi mes a mes. Ahí hay que repensar la ecuación.
¿Qué mirada tenés sobre el teatro para este 2021?
Los artistas nos hemos alzado los pantalones bien altos y salimos a dar batalla. Tengo muchos conocidos que aún a pérdida están decididos hacer teatro, darle confianza a la gente, defender los espacios y ese encuentro que hay con el público. Eso es súper valioso; así que será un año con más actividad. El año pasado es como si a uno lo hubieran golpeado mucho y no entienden a dónde están parados, aunque este año obviamente hay vacunas, con lo cual empieza a verse una luz al final, que el sol está saliendo, pero hay como más organización en este contexto. Entonces, los artistas se la van a rebuscar, el teatro va a seguir resistiendo y yo que pensaba que iba a ser muy difícil veo que hay gente interesada como público en decir ‘bueno, agarro y me pongo el barbijo y me voy al teatro’. Los teatros están re contra cuidadosos. Le quiero decir a la gente que vaya al teatro porque es más peligroso ir al supermercado que ir al teatro. Están más prusianos: que el barbijo, que los alcoholes en gel, que las ventilaciones naturales, que la distancia entre personas. Los teatros independientes están defendiendo mucho el espacio para darle más tranquilidad a la gente. Así que creo que será un año 2021 adaptando a la situación será mucho más teatrero y eso me da alegría porque hay que seguir. El teatro nunca murió, se puede achicar, puede aparecer todas las pantallas que quieras, pero hay un encuentro vivo que lo da el teatro que no lo da nada. Celebro que estemos calentando motores para salir a la cancha de nuevo.
Breve reflexión sobre el lugar que ocupa en tu vida el teatro.
Es muy importante para mí. Me resulta algo revitalizante. Empecé siendo cantante y descubrí el teatro hace 34 años. Encontré que es un espacio de puro placer, de una gran generosidad. Es un enorme desafío, vertiginoso y todo, aunque es un espacio para compartir el encuentro con otro, a mí me hace sentir muy viva, muy bien y si pasa mucho tiempo y no lo hago, me empieza hacer mucha falta. Así que ocupa un lugar fundamental en mi vida.
“Mientras se vuelan los Campos” estará los próximos tres jueves del mes de marzo en cartelera. Cabe destacar que la función comienza a las 20:30. Pueden retirar sus entradas en alternativateatral.com y tiene un valor de 600 pesos.